NUESTRO TARIFAZO DIARIO
Dietrich, el ministro de Transportes, que como corresponde, emblemático empresario de venta de automotores especialmente camiones, acaba de anunciar nuestro bolsilleo diario.
Como los CEOs siempre necesitan estar rodeados de sirvientes, el hombre se da el lujo de hacerse acompañar, en la difusión de la noticia del aumento del 100% a las tarifas de transporte, nada menos que por el Secretario General de la Unión Tranviario Automotor (UTA) Roberto Fernandez.
Debieran saber amigos lectores que esto se llama, lavar la imagen negativa del anuncio de saqueo con la presencia de quién aparece como avalista del manotazo.
Se acuerdan de la frase "no vas a perder nada de lo que tenes" pronunciada por Macri y repetida miles de veces por radio, diarios y televisión. Bueno, este pequeño recordatorio que muestra la imagen de los aumentos es una punta de lo venimos perdiendo. Solo una punta, porque la transferencia a las corporaciones con la devaluación y la baja de retenciones de incalculable.
Así está nuestra Argentina gobernada por las corporaciones económicas y blindada contra cualquier difusión de la tragedia por las corporaciones mediáticas, en casos las mismas.
Mientas tanto, un grupo mayoritario de aquella primera minoría en Diputados y de la mayoría y quorum propio en Senadores que teníamos con el FpV, se pasaron de bando.
¿A que precio? Todavía no se puede decodificar sanguichito, café frío, medialunas, licuado, panqueque, que son el menú que en términos públicos da en llamarse: GOBERNABILIDAD y NO PONER PALOS EN LA RUEDA.
Fuera de este menú quedaron los que se quedaron.
Vaya entonces, en este pasaje por el absurdo de que el no traicionar se constituye un mérito, nuestro reconocimiento a los que se quedaron. Ya que en el marco de la pornografía que se expone, no entregar el cuerpo y el alma es una enorme virtud. Y merece destacarse.
Por eso, y al margen de todo eso, los compañeros diputados y senadores que votaron con dignidad, convicción y lealtad constituyen una reserva para que nuestra fuerza política pueda iniciar un proceso de depuración que nos garantice en el próximo gobierno calidad, decencia, capacidad, y conducta.
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