lunes, 26 de marzo de 2012

LA HISTORIA NO SE BORRA BAJANDO CUADROS
La frase del título es usada por algunos seguidores de Ruiz Palacios. Obviamente refieren a la historia del personaje reciclado. Del que hábilmente explotó la desinformación y el brutal desprestigio del sistema democrático impulsado por la dictadura frente al real bastardeo de la misma por parte de dirigencias partidarias mas atadas a negocios, placeres y entrega del país, que a ideales democráticos y nacionales.
Ruiz Palacios, ha sido uno de los grandes beneficiarios de esa desinformación y desprestigio. No solo porque le han permitido reciclar su pasado en el equipo conductor de la máquina criminal manejando una de las palancas más sangrientas desde el Ministerio del Interior, principal centro planificador y ejecutor del terrorismo de estado.

Sino que además, y con la habilidad que suele no faltarle a las mentes perversas, usufructuó aquel desprestigio que la propia clase política irresponsable y traidora abonó, y que la dictadura aviesamente profundizó, para desde la manipulación imponer la idea que la política es mala palabra en manos del pueblo. La idea que el pueblo es incapaz de gobernar y que necesita tutores con pistolas en la cintura. Y en aquel tiempo, de miedos, claudicaciones, leyes de impunidad y olvido, esa idea caló en parte de una sociedad profunda y dramáticamente despoliltizada.
Ninguno de los admiradores, seguidores y defensores de Ruiz Palacios, son capaces de referirse a la historia de aquel como el Capitán Fernandez, segundo comandante de la maquinaria criminal del terrorismo de estado en el ministerio usurpado. Para ellos ese cuadro representa sólo la parte de la vida pública del coronel a partir de 1983. Para ellos aquel farsante, que nos explicaba desde las cámaras de la televisión por qué no podíamos perder la guerra mientras a nuestros hermanos en Malvinas los mataba más el cobarde abandono de sus superiores y el hambre, que los propios ingleses, no tiene pasado. Para ellos, Ruiz Palacios nació, fruto de su propia ciénaga en 1983, sin pasado y sin historia.
Por eso hoy expresan “la historia no se borra bajando cuadros”
Fieles a su maestro, estos manipuladores, negadores enjundiosos de la historia, afirman que la historia no se borra cuando en realidad, bajando el cuadro, lejos de borrarse, se aporta a escribir aquella otra parte de la historia. Bajando ese cuadro se va completando la historia, descorriendo el velo e incluyendo en el balance al “Capitan Fernandez” y su máquina de exterminio. Y éste hecho tiene el alto valor que se escribe desde la perspectiva que da la libertad y la certeza del horizonte del tiempo.
Además, y aviesamente se dice que no fue condenado. Claro, lo que no se cuenta es el largo período de impunidad que se impuso hasta la llegada de Néstor Kirchner al poder. Fin de la impunidad que hoy Cristina profundizara terminando con todos los secretos que pretendían borrar parte de la historia. Borrar parte de esa historia que merece estar en cuadros de terror. Ruiz Palacios no fue juzgado ni condenado, no por no haber sido partícipe principal de los crímenes de la dictadura, no lo fue por el retardo impuesto y negociado durante veinte años. Y lamentablemente la muerte evitó el juzgamiento. Pero bueno sería que se sepa que si bien nadie puede ser juzgado en ausencia, nunca la muerte será confundida con una sentencia absolutoria. Es solo la pérdida de una oportunidad para quién de haber sido honorable pudo en vida redimirse y optó por no hacerlo.
Por último, también resulta coherente entre seguidores, admiradores y amantes del Capitán Fernandez que se le asigne a la decisión democrática de la Cámara de Diputados el carácter de ser producto del resentimiento. Es coherente con la aviesa intención de minimizar y deslegitimar el acto. Es parte de la estrategia de estos borradores de historia. Lo que es llamativo que desde ciertos sectores de la prensa se use también ese venal y temerario argumento frente a la abrumadora evidencia de una sociedad ávida de recuperar su historia y colocar a cada protagonista en el justo lugar que impone la totalidad de sumas y restas que arroja su patrimonio moral, y público. Nunca estas decisiones pueden estar atadas al pensamiento mercantil de pago de favores recibidos en oscuros negociados de otros tiempos, ni al ingreso oportunista de un sello a nuestro Frente como se plantea. Mucho menos si no existe ni existirá nunca un mínimo indicio de pertenecía política ni programática con nuestro Proyecto Nacional y Popular.

PD: Aqui una nota sobre la orden de Ruiz Palacios para la compra de 90 Falcons NO IDENTIFICABLES, a se distribuidos a las policias de todo el país para el secuestro de personas.

domingo, 25 de marzo de 2012

COCINEROS PIRATAS CON TOGA
Se dice que “los jueces hablan por sus sentencias”, lo que significa no solo reserva en sus opiniones respecto de las causas en curso, sino además y especialmente, que ellas reflejan la decisión que el sano juicio del magistrado impone para cada una.
Sin embargo, en Sáenz Peña hay un juzgado con todas las características de las maquinas expendedoras automáticas. Esas que poniendo el cospel correspondiente, se elige a voluntad de un menú preestablecido el producto deseado. Pero con un plus: esta máquina judicial es más versátil aún, aquí sí que el cliente, por supuesto el buen y selecto cliente, siempre tiene razón. En consecuencia el plato se prepara a gusto, y siguiendo sus instrucciones. Vendría a ser como una especie de factoría abierta a la participación del comensal seleccionado. No importa cuán extravagante sean las pretensiones, exóticos los ingredientes, ni horrible la apariencia final del plato. Lo único que interesa es que tanto el eventual comensal como el hombre de la toga salgan satisfechos y pipones.
Así funciona esta factoría judicial con un cocinero que en lugar del clásico gorro usa toga. En ella se cocinaron desde adopciones internacionales, liquidación de nuestra mayor aseguradora, sucesorios multimillonarios extra jurisdiccionales, y recientemente la convalidación de una estafa con venta de tierras aborígenes expresamente prohibida por la constitución. Todo esto entre otros infinitos churrascos al paso.

Está visto que no tiene límites el cocinero pirata de la toga. El menú es variado, y el soporte logístico de sus superiores, a la sazón responsables máximos de éste peculiar restó-juzgado, tampoco tiene límites. Quizás por los “bocatos” al dente que hayan saboreado, y mucho más allá de aquella participación personal que tuvieran en la elaboración del que les permitiera engullirse nada menos que el edificio en la avenida 9 de julio 236 de Resistencia.
Como empalideciendo al mismísimo y recordado Gato Dumas, el renombre internacional llegó, y contribuyó a que en España se conozca la existencia en Sudamérica, más precisamente en la argentina, de una ciudad llamada Sáenz Peña, en la que funciona ésta factoría donde se pueden saborear hasta bebés a precios razonables y con todos los papeles. Así, como un televisor, o una moto. Y estuvo todo bien. Impecable. El hombre fue casi condecorado por su maestría, sus habilidades, y el patriótico aporte a la difusión de nuestra ciudad.
También, aunque con menos exhibición mediática alrededor de doscientas familias vivieron sus virtudes de gran chef durante ya largos dieciocho años que permanece en el horno a fuego lento la liquidación de Cosecha, esa gran cooperativa de seguros que alguna vez fuera nuestra. Y que desde mil novecientos noventa y cuatro se fue partiendo y repartiendo en distintos banquetes a los que los únicos que no fueron invitados son los empleados. Eso sí, de tanto en tanto se sacudían los manteles para las migajas acallaran algunos gritos molestos. Cada vez menos por cierto, gracias al previsible y calculado paso del tiempo que entre depresiones y muerte va apagando no pocas de esas voces. Los que gozan de buena salud son los capitanes que en el caso aprovecharon las habilidades culinarias del entogado maestro para servirse el selecto plato del edificio de Cosecha Seguros ubicado en la mencionada avenida de nuestra capital. Para ello el arte culinario permitió que se diluyera entre sales, pimientas y hervores la condición de jueces y parte de todos. Por supuesto: Todo legal. Remate; Ofertas; Martillazo; Acta; Firmas; Sellos; Abrazos y vítores por la exquisitez del banquete.
Y llegó lo que parecía el premio mayor. Es asesinado el estanciero Manuel Roseo. Esta brutal muerte causó tristeza y estupor no solo entre los que lo conocieron como buena persona, sino en todos los chaqueños. Perdón, mejor dicho, en casi todos los chaqueños. Porque una selecta minoría vio en esta tragedia una oportunidad, y las oportunidades no se desaprovechan. Habrán pensado que este sí es ese tren que pasa una sola vez en la vida. Entonces montaron, subieron el restó al vagón cocina comedor y emprendieron el brutal viaje culinario. De Castelli a Sáenz Peña sin pudor ni escalas trajeron todos los ingredientes, arrancando impiadosamente todo lo pertinente. A fuego forzado en olla a presión comenzaron a salir los primeros platos. Pero a este fenomenal banquete había que ponerle una frutilla de aquellas. Y previendo que podría tratarse de un postre anticipado resultó necesario ponerle precio. Había que tasar y para ello nada mejor que los amigos. Del helipuerto del restó parte la nave para el durísimo trabajo de sobrevuelo. Más de tres horas de febril análisis de suelos, bosques e instalaciones a doscientos kilómetros por hora a trescientos metros de altura dan certeza minuciosa de cada centímetro de ciento treinta mil hectáreas. El altísimo riesgo corrido y la fenomenal exposición de ciencias aplicadas dan certeza que el precio justo por riesgo y trabajo es: veinticinco millones novecientos diecinueve mil quinientos cinco pesos.
El destinatario de este suculento postre no es ningún ignoto martillero de remates de electrodomésticos. No, este primer y privilegiado heredero sin ADN de Manuel Roseo es el mismo que bajó martillo, labró acta y dio legalidad al traspaso de los edificios de Cosecha Seguros, incluido el de 9 de julio 236. Casualidades de los sorteos seguramente. Casualidades que el peso de más de veinticinco millones, certificarán frente a la más fundada y contundente prueba en contrario.
Pero no, no fue este el bocado del retiro para disfrutar los manjares amasados, como buena parte de la ciudad esperaba. No hay saciedad para las pirañas afirman los ribereños. Y evidentemente siempre hay algún bajo hondo que da la oportunidad de una buena pesca. Aquí la carta es variada, y si hay pique cocinemos para los amigos de Bajo Hondo habría dicho usía. ¿Qué los hambrientos se quedan sin comer?, ¿Qué los dueños de la tierra, de los montes y de los ríos son condenados en este restó vip? A nadie importa. Sin sensiblería aquí se cocina “a piacere”, y solo para elegidos. Aquí sí que aplicamos el derecho de admisión. Y decidimos que las cinco mil hectáreas no son un plato para famélicos. Este plato merece comensales con capacidad de deglutir, engullir, y obviamente con capacidad de pagar lo que vale semejante manjar. En este restó y para este cocinero pirata con toga solo cuentan los ingredientes, ni ley ni constitución dan sabor a nuestras creaciones.
Este dramático caso fue descripto y escrito con sorna porque está mucho más allá de una cuestión normal con cierta desprolijidad como para creer que sus responsables puedan recibir con seriedad un comentario escrito en otro estilo.
Lo que ocurre en este juzgado es tan vergonzoso, tan conocido en todos los rincones de Sáenz Peña, tan antiético e inmoral que merecería no solo que este cocinero pirata con toga esté preso, sino también y especialmente los responsables del control bromatológico de esta cocina, para los que los insoportables olores nauseabundos que emanan de este antro son evidentemente aromas de los más selectos perfumes franceses.
Para que nadie que no corresponda se calce el sayo, este va a medida para el mal llamado Juez, Juan Zaloff Dacoff, y los tristes personajes que integran el también mal llamado –en estos tiempos- Superior Tribunal de Justicia.
"NO ME PREOCUPA EL GRITO DE LOS VIOLENTOS, DE LOS CORRUPTOS, DE LOS DESHONESTOS, DE LOS SIN ÉTICA. LO QUE MÁS ME PREOCUPA ES EL SILENCIO DE LOS BUENOS" Martin Luther King
"LLEGARÁ EL MOMENTO EN QUE NOS ENSARTAREMOS EL SOMBRERO HASTA LAS OREJAS FRENTA A LAS IGELSIAS, Y NOS DESCUBRIREMOS RESPETUOSAMENTE ANTE LOS BANCOS" (Comentario de don Aledo Luis Meloni sobre el veto de Angel Rozas a la Ley de descanso dominical)