jueves, 19 de mayo de 2016

¡SALIO LA LEY! 



Primera medida protectoria para trabajadores desde la instalación del nuevo gobierno. Y no provino por supuesto de parte del ejecutivo.


Esta vez el Congreso le puso freno a las caóticas consecuencias de medidas económicas del ejecutivo nacional que provocaron la escalada de despidos que ya superó los 150 mil puestos de trabajo perdidos.

De ellos más del 60% corresponden al sector privado, y dentro del mismo el porcentaje mayor se ha dado en las grandes empresas, muchas de ellas son las que gobiernan al ser parte de las corporaciones que se organizaron para por primera vez en la historia llegar a manejar los hilos de la economía con la legitimidad del voto.

En menor medida también las Pymes están sufriendo el impacto de una política concentradora que favorece a una minoría. De lo que no caben dudas es que si se mantiene el rumbo económico de enfriamiento de la economía, la apertura indiscriminada de importaciones, el alza brutal de servicios, los despidos, y el correlato de todo esto y más, que es la disminución en las ventas en todos los rubros, las Pymes estarán en una situación muy crítica a la brevedad. Ya es noticia que caen todos los índices de productividad, en la construcción y sus materiales, en el negocio automotriz, en electrodomésticos, en comestibles. Esto evidencia que a corto plazo todos los sectores se verán sobrestockeados invirtiendo recursos que no provienen de las ventas, sino de créditos o reservas en casos, para mantener el nivel productivo y que eso es sostenible solo por un muy corto período. 

Para las Pymes, puede en consecuencia constituirse un problema encontrarse entre esta Ley que no permite despidos y la caída de sus ventas.  Desde ya que la solución no es habilitar despidos. Ello solo implicaría la liquidación y desmantelamiento de las empresa. El empresario quizás evitaría la quiebra y pérdida de todo su patrimonio. Pero dejaría de ser empresario para pasar también a desocupado. 

Lo que las Pymes necesitan es que, si el ejecutivo sigue empeñado en esta política de destrucción de la industria nacional y concentración en grandes grupos corporativos, las organizaciones que las nuclean, junto al Congreso Nacional avancen ahora en leyes que así como protegen en esta circunstancia el trabajo, el empleo, propicien las condiciones para que las empresas Pymes, principales creadoras de puestos de trabajo, sean blindadas de los ataques de la competencia extranjera como ocurre en la mayor parte de los países que cuidan su industria. Que se fijen condiciones impositivas y crediticias de excepción para el sector, y especialmente se estimule el mercado interno como motor y movilizador de la economía y todas las actividades que la impulsan.

Claramente es la creación de más puestos de trabajo, mejores salarios, y la inyección que eso y otras medidas de carácter social, que inyecten recursos al mercado interno, lo que permitirá parar este brutal enfriamiento de la economía, que justamente se da por medidas inversas aplicadas en estos cinco meses de gobierno.

Esta Ley, sancionada bajo amenaza de veto por parte del presidente es sin lugar a dudas un paso adelante. Parcial ciertamente, y necesitará de medidas complementarias en lo inmediato. Y no es el veto esa medida. El veto solo demostraría que el gobierno sigue empeñado no solo a hacer caer el empleo para generar mano de obra barata para los intereses de los grandes grupos empresarios, sino que además avanzará por achicar la torta industrial y productiva a la medida e intereses de ese mismo sector.

Es de esperar que las condiciones socio políticas eviten la continuidad de este camino de destrucción cuyas más cercanas consecuencias las tuvimos en 2001 con un país devastado, empobrecido, con saqueos por comida y cuarenta muertos en las calles. Todo por aplicación de políticas gemelas a las que hoy se aplicar impiadosamente.

Y la contracara de todo ello, también está cerca. Y se dio con la asunción de Néstor Kirchner, que con ese país en llamas, no tomó deuda, no destruyó empleo, no privilegió importaciones, no enfrió la economía. Hizo exactamente lo contrario. Desendeudó, creó las condiciones políticas y económicas para que se genere empleo protegiendo la industria nacional, mejoraron los salarios, aplicó políticas protectorias sociales que inyectaron recursos adicionales al mercado interno para potenciar el consumo.

¿Como pudo hacerlo? Simple. En lugar de favorecer a las corporaciones, favoreció a las Pymes, los trabajadores, los jubilados y al pueblo en general. Para eso recuperó miles de millones de dólares que se drenaban por ejemplo a través de las AFJP. Entonces esos recursos en lugar de ir a enriquecer a cinco bancos pasaron a mejorar la calidad de vida de millones de argentinos. Y es solo un ejemplo.

Está claro que se puede. Todo radica en el modelo de país que cada gobierno tiene por objeto. 

Lamentablemente este que estamos viviendo no está enfocado en las mayorías. Depende en gran medida que las organizaciones populares no esperen mansamente que este modelo cambie por propia voluntad. No lo hará. Sin lucha, sin presión popular no habrá cambio positivo. En consecuencia si en este caso hay veto, será no solo legítimo sino imprescindible el pueblo en la calle para ponerle freno a la prepotencia y a la estafa que está perpetrando un gobierno que prometió trabajo, pobreza 0, transparencia y bienestar, y  lo que está produciendo son despidos, más pobreza, corrupción generalizada, y un estafa fenomenal a la fe y confianza públicas.

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"NO ME PREOCUPA EL GRITO DE LOS VIOLENTOS, DE LOS CORRUPTOS, DE LOS DESHONESTOS, DE LOS SIN ÉTICA. LO QUE MÁS ME PREOCUPA ES EL SILENCIO DE LOS BUENOS" Martin Luther King
"LLEGARÁ EL MOMENTO EN QUE NOS ENSARTAREMOS EL SOMBRERO HASTA LAS OREJAS FRENTA A LAS IGELSIAS, Y NOS DESCUBRIREMOS RESPETUOSAMENTE ANTE LOS BANCOS" (Comentario de don Aledo Luis Meloni sobre el veto de Angel Rozas a la Ley de descanso dominical)