EL G20 ES UN ÉXITO PORQUE GARANTIZA QUE NADA CAMBIE.
Se dice que los países que integran el G20 suman el 66% de la población mundial, y el 85% del Producto Bruto Interno (PBI) también mundial. Pero los que tienen poder entre los 20 no son más de 4. Los 16 restantes hacen de coro y 190 países tienen prohibido acercarse cuando éstos disfrutan de unas de las 24 horas más absurdas para un mundo serio y responsable.
Lo que no se dice es que también
expresan a las ¾ partes de la humanidad que pasan hambre, mientras los 4 hacen
un despliegue de poderío político, económico y bélico que resulta obsceno y
hasta pornográfico si tenemos en cuenta esa tremenda realidad.
El G20 es una puesta en escena
para lucimiento de los dueños del planeta. Y tiene como uno de sus objetivos
dejar en claro quién manda en el mundo. (Trump lo hizo con un gesto, que puede
parecer una tontera, pero es simbólico: tiró el audífono al piso
deliberadamente en lugar de devolverlo en mano, Sabía muy bien que estaba al
lado de Macri, que no de Néstor ni Cristina, los que seguramente no le hubiesen
aceptado en silencio semejante falta de respeto)
Un G20 donde participan países como
India, Ruanda, y Argentina entre otros, con altos índices de pobreza y pavorosa
desigualdad, y que ninguno de sus representantes exija el cese de la
explotación mediante distintos recursos, como la usura internacional, el
lavado, la timba financiera global, el cambio climático cuyo freno nadie
acciona fuera de lo verbal, es una exposición impúdica de hipocresía. No ocurrió
con Cristina en 2011 quién planteó frontalmente los principales problemas del
mundo dominado por los 4 y exigió, con el famélico acompañamiento de los
cipayos de siempre, la modificación de las condiciones y reglas que regulan la
desigualdad.
¿De qué acuerdos se habla? De los
que firman los 4 grandes entre ellos y obviamente incluyen al país anfitrión,
siempre cuidando, que es lo más importante, que nada cambie. Es fundamental que
no haya intrusos que pretendan que sus pueblos coman. Pero la “gran prensa”
destaca como un gran éxito el G20, que duró 24 horas, la mayoría de las cuales
pasaron por presentaciones, agasajos, recepciones, comidas y dormidas. ¿Cuál es
el éxito? Que nadie interrumpió esa nada con un bombazo. Que el cinismo fue la
vedette en todo momento y así se selló un acuerdo que nadie piensa cumplir
salvo en pequeños detalles.
Asimismo los mismos medios
anuncian hoy que el país que realizó tan exitosamente la reunión del G20 perdió
en estos tres años del gobierno de Macri nada más ni menos que 100 mil
empleos. Y no se menciona que endeudó a
todos, incluidos esos desempleados en 200 mil millones de dólares que nadie
sabe dónde fueron a parar. O sí. Pero de eso no se habla.
Aumentó la pobreza, el desempleo,
bajaron los sueldos, subieron las tarifas y la comida, bajaron las jubilaciones
y aumentó la riqueza de los ricos. Pero el G20 es un éxito.
Este gobierno que organiza con
éxito éste encuentro donde hay más cipayos que patriotas, no tiene el mínimo
interés en mejorar la calidad de vida de las mayorías. Porque de esas mayorías
viven las corporaciones que respaldan a estos ejecutores. Y porque esas mayorías
deben ser pobres, lo más pobre posible, para que la transferencia de la renta
sea la norma, y se acepte por éstas como eso: normal.
La prueba de todo esto es que
después de casi 20 años de G20, el mundo está peor. Hay más desigual, es más
violento, es más insolidario, con líderes cada vez más prepotentes y
amenazantes. Y unos pocos países cada vez más poderosos rodeados de pueblos
miserables que son el carbón que alimenta las calderas que iluminan ese pequeño
y deshumanizado primer mundo.
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