El rozismo en crisis suma otro problema. Ni bien se fue difundiendo entre la militancia mas vinculada al partido radical que al rozismo, que Aída Ayala no va a asumir como diputada, se produjeron fuertes cuestionamientos. Un amplio sector considera una cachetada a la ética y una mayor incoherencia habida cuenta de las presentaciones que a nivel nacional el partido realizara tratando de impedir ésta práctica.Hay que reconocer que los fundamentos del rozismo para resolver que Aida no asuma, son sólidos:
-Ya no se discute que el 28 de junio el Frente gobernante se alzará con una amplia victoria.
Visto desde el punto de vista de la especulación política el razonamiento es impecable.
En consecuencia, la decisión está tomada: Aida Ayala no asume como diputada.
Esto se confirma aun más con el no cumplimiento de la intendente a la promesa realizada en el mes de abril cuando afirmara: “Si soy candidata a diputada renunciaré a la Intendencia”
Las necesidades de supervivencia del grupúsculo que saqueara la provincia en provecho propio, son infinitamente mas poderosas que la ética y la coherencia que tratan de custodiar los radicales que aún sostienen principios e ideales.
Esta nueva claudicación del rozismo profundiza la brecha con el radicalismo, lo que seguramente acelerará la recuperación de la conducción de esta fuerza por parte de quienes fueron víctimas de la proscripción a manos de quién instaló el peor de los personalismos, aunque en lo inmediato esto implique una victoria más amplia del peronismo, pero claramente saludable para el partido de Alem e Irigoyen.
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