Esteban Branco Capitanich

NO SEAMOS INGENUOS
Los hechos de violencia vividos en Castelli, donde la reacción policial aparece como poco profesional, desmedida, provocativa y agitadora, ocasionando y sufriendo consecuencias físicas y políticas absolutamente divorciadas con el rol a que están llamadas, y el uso de estos hechos por parte del rozismo, pone de manifiesto un secreto a voces, que no es otro que la relación que mantiene con parte de la fuerza policial el represor Hugo Matkovich. Parte de la fuerza, que como sectores minoritarios de la sociedad expresan claros resabios y nostalgias de razismo y dictadura, y siguen alienadas y alineadas con este oscuro personaje.

Depurar los cuadros policiales represivos que dejó este torturador de indígenas no es tarea sencilla respetando las leyes como lo hace este gobierno.
Es por eso que da mucha pena ver a algunas de las víctimas de Matkovich torturadas en el ministerio de gobierno con la luz encendida treinta y tres días, que hoy no perciban este juego perverso para desgastar a un ministro que ha dado muestras de respeto a todos los sectores y sus derechos. Y mas pena produce verlos usados por la resaca de la corrupción rozista para intentar capitalizar en contra del gobernador la resultante de hechos aviesa y vilmente planificados por los más bajos espíritus éticos en la búsqueda de interrumpir un proceso de cambio, que los tiene como principales destinatarios y beneficiarios.
También extraña, o no tanto, la funcionalidad a estos bajos intereses del rozismo, de sectores otrora aliados a este gobierno, a quienes no debieran caberle dudas de los extraordinarios cambios que están a la vista. El hecho de tener diferencias y legítimas expresiones críticas en distintas cuestiones, no debiera en modo alguno ser razón para constituirse en instrumentos de quienes se abocan tiempo completo a maquinar con el más evidente espíritu destructivo.
Afirmar que “Ni el gobernador ni Pedrini garantizan los derechos de los ciudadanos” mientras la inclusión, las fuentes de trabajo, las viviendas, entre tantas otras conquistas son una realidad inocultable que garantizan impensados derechos negados cuando gobernaba la alianza, constituye una liviandad impropia de la representación asumida o una falacia expresiva de manifiesta mala fe.
Obsérvese como se cuida muy bien el rozismo de responsabilizar a los policías que procedieron como lo hicieron. No caben dudas que es un apoyo encubierto cuidando la tropa. La mano de obra dispuesta a hacer el trabajo sucio. Carim Peche, afirmó que: "Acá hay una decisión política en todo esto, hace meses que venimos advirtiendo que el ciclo de Pedrini está totalmente agotado” Que hay una decisión política no caben dudas, pero ésta tiene origen en el apoyo de su sector político a la desestabilización de funcionarios como el ministro Pedrini y el propio gobernador, usando la estructura que plantaron antes de retirarse por imperio de las urnas.
No seamos ingenuos, las miserias humanas no tienen límites, y están perfectamente expuestas en la mayoría de las intervenciones de éstos señores que no trepidan en jugar con la vida de la gente con tal de impedir la extraordinaria transformación que el Chaco está experimentando. Saben que cada realización que el gobierno provincial materialice, los aleja más de la posibilidad de volver por un nuevo saqueo.
Es de esperar que quienes han sido instrumentos de ésta manipulación reflexionen porque hay gestos de los que es difícil retornar. Una foto con los protagonistas de la peor historia de pillaje y represión de la provincia hablando de derechos humanos es francamente difícil de remontar.

Esteban Branco Capitanich
Presidente del Instituto de Colonización