Tengo desde hace mucho tiempo una gran curiosidad. Esta es, saber como La Comisión Arquidiocesana de Justicia y Paz escoge a los disertantes o participantes de sus jornadas llamadas “Constructores de Sociedad”.
Es de suponer que para tener la distinción de una entidad con origen religioso vinculada tan estrechamente con la iglesia católica, se descuenta deben las personas convocadas mostrar probada militancia en velar por el respeto a la dignidad de las personas, el irrestricto cumplimiento de principios éticos y morales, y esencialmente el pleno ejercicio de las prédicas de Jesús.
Sin embargo, veo en las noticia de hoy que ha disertado el abogado Angel Rozas. Angel Rozas ha sido distinguido para dar clases de cómo se construye sociedad.
Y aquí nace en mí otra curiosidad. Quisiera saber como hizo el cien por ciento del auditorio para permanecer en el recinto, si es que ello ocurrió. Y si así no fue, reduzco mi interés por conocer la capacidad de quienes lo hicieron.
Mi razón no alcaza a entender como han hecho para soportar que les dé cátedra de cómo se construye sociedad un señor, del que cualquier chaqueño medianamente informado conoce su origen humilde, con padres trabajadores como cualquiera de los nuestros, que asomara a la vida política allá por 1983 como tanto abogado ignoto con actividad como para vivir modestamente, y que con el paso de los años y gozando únicamente de los sueldos del estado pasó a ser uno de los chaqueños mas acaudalados, lo que le permite vivir sin trabajar y viajar por el mundo desde hace varios años.
Me pregunto sin respuesta si la comisión que seguramente dice honrar a Jesús, y el cien por ciento del auditorio considera que el abogado que gobernara esta provincia por ocho años y manejara el poder por doce, y siendo de conocimiento público lo antes mencionado, es la persona indicada para ser convocada y ser escuchada.
Ante la falta de respuestas debo concluir con mi propia valoración de quienes pueden ser catedráticos en materias tan importantes, y en consecuencia merezcan ser escuchados por un auditorio que se respete a si mismo.
En la provincia y el país hay muchísima gente que está en condiciones de enseñarnos a construir sociedad. Muchos seguramente están vinculados a la actividad política, pero sin lugar a dudas, la mayoría son militantes con vocación por precisamente construir una sociedad mejor, y por lo tanto carentes de especulaciones personales que los lleven a desgarrarse por ocupara cargos rentados. No haré nombres, pero todos conocemos y admiramos a algún vecino que exhibe valores éticos, morales y probada entrega desinteresada por construir una sociedad mejor. Claro, todos ellos ignorados, posiblemente porque no están sentados en los ámbitos en los que se deciden los destinos de los favores que buscan los que haciendo gala de una proverbial fexibilidad de sus espinazos reptan en las entrañas del poder.
Al parecer algunos creen que los que construyen sociedad son los profesionales de la política. O quizás no. También es posible que todo esto no sea mas que una forma de hacer lobby y lograr posicionamientos personales o sectoriales con total prescindencia de respeto a valores y principios, por lo tanto se escucha solo a los que aferran palancas de poder.
En tal caso no invoquen a Jesús. Merece nuestro respeto porque Él sí intentó construir sociedad, pero no desde la hipocresía, desde el cinismo y la mentira, sino desde el ejemplo, a tal extremo que esa causa se llevó su vida a mano de los traidores de ayer, que no son otros que los que hoy usan su nombre y su lucha para lucrar descaradamente destruyendo a la sociedad que dicen construir.
Es de suponer que para tener la distinción de una entidad con origen religioso vinculada tan estrechamente con la iglesia católica, se descuenta deben las personas convocadas mostrar probada militancia en velar por el respeto a la dignidad de las personas, el irrestricto cumplimiento de principios éticos y morales, y esencialmente el pleno ejercicio de las prédicas de Jesús.
Sin embargo, veo en las noticia de hoy que ha disertado el abogado Angel Rozas. Angel Rozas ha sido distinguido para dar clases de cómo se construye sociedad.
Y aquí nace en mí otra curiosidad. Quisiera saber como hizo el cien por ciento del auditorio para permanecer en el recinto, si es que ello ocurrió. Y si así no fue, reduzco mi interés por conocer la capacidad de quienes lo hicieron.
Mi razón no alcaza a entender como han hecho para soportar que les dé cátedra de cómo se construye sociedad un señor, del que cualquier chaqueño medianamente informado conoce su origen humilde, con padres trabajadores como cualquiera de los nuestros, que asomara a la vida política allá por 1983 como tanto abogado ignoto con actividad como para vivir modestamente, y que con el paso de los años y gozando únicamente de los sueldos del estado pasó a ser uno de los chaqueños mas acaudalados, lo que le permite vivir sin trabajar y viajar por el mundo desde hace varios años.
Me pregunto sin respuesta si la comisión que seguramente dice honrar a Jesús, y el cien por ciento del auditorio considera que el abogado que gobernara esta provincia por ocho años y manejara el poder por doce, y siendo de conocimiento público lo antes mencionado, es la persona indicada para ser convocada y ser escuchada.
Ante la falta de respuestas debo concluir con mi propia valoración de quienes pueden ser catedráticos en materias tan importantes, y en consecuencia merezcan ser escuchados por un auditorio que se respete a si mismo.
En la provincia y el país hay muchísima gente que está en condiciones de enseñarnos a construir sociedad. Muchos seguramente están vinculados a la actividad política, pero sin lugar a dudas, la mayoría son militantes con vocación por precisamente construir una sociedad mejor, y por lo tanto carentes de especulaciones personales que los lleven a desgarrarse por ocupara cargos rentados. No haré nombres, pero todos conocemos y admiramos a algún vecino que exhibe valores éticos, morales y probada entrega desinteresada por construir una sociedad mejor. Claro, todos ellos ignorados, posiblemente porque no están sentados en los ámbitos en los que se deciden los destinos de los favores que buscan los que haciendo gala de una proverbial fexibilidad de sus espinazos reptan en las entrañas del poder.
Al parecer algunos creen que los que construyen sociedad son los profesionales de la política. O quizás no. También es posible que todo esto no sea mas que una forma de hacer lobby y lograr posicionamientos personales o sectoriales con total prescindencia de respeto a valores y principios, por lo tanto se escucha solo a los que aferran palancas de poder.
En tal caso no invoquen a Jesús. Merece nuestro respeto porque Él sí intentó construir sociedad, pero no desde la hipocresía, desde el cinismo y la mentira, sino desde el ejemplo, a tal extremo que esa causa se llevó su vida a mano de los traidores de ayer, que no son otros que los que hoy usan su nombre y su lucha para lucrar descaradamente destruyendo a la sociedad que dicen construir.
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