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Susana Decibe, Ministra de Educación y Manuel García Sola |
EDUCACIÓN, DIOS TE LIBRE DE ESTE MAESTRO
Da una cierta sensación de
incredulidad leer declaraciones de uno de los dilectos alumnos del coronel Ruiz
Palacios, devenido en menemista –por conveniencia- y ahora calzándose remera
ajena, en peronista perseguido, en una exposición de altanería, mendacidad y soberbia,
y una aún más soberbia falta de escrúpulos.
Siempre supimos que en las antesalas
de los despachos oficiales serpentean lagartos de flexibles espinazos, y que
algunos camaleones cambian de ropaje y color según la necesidad o conveniencia.
Pero que el señor Manuel García Solá diga, para descalificar a un compañero: “el
Gobierno del que usted formó parte y que surgió gracias a la militancia de
miles de compañeros peronistas que, como yo, hicimos muchos renunciamientos
personales para lograrlo…” entra en el terreno de la desvergüenza y la
falta de mínimos y elementales lazos por sostener la propia honra. Si alguien
no hizo nada a favor y mucho en contra del peronismo, y de la lucha contra la
corrupción rozista es este personaje inescrupuloso y falso. No fuimos muchos en
el Chaco los que le pusimos el pecho a Angel Rozas y sus secuaces, y jamás
estuvo García Solá. Lo digo con contundencia porque fui parte de los que sí
dimos batalla, mientras otros hacían negocios de todo tipo, incluidos los
masturbatorios, pero jamás enfrentaron la corrupción rozista.
Tampoco tiene desperdicio en el análisis de lo
extravagante la afirmación del personaje al alardear: “Creo ser el único
chaqueño que fue Secretario de Programación y Evaluación Educativa de la
Nación, primero, y Ministro de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación,
después, de otro Gobierno Justicialista que, antes del actual, desplegó
políticas de Estado que se sintetizaban en el apotegma del Presidente Carlos
Menem, para quien La Educación es el nuevo Nombre de la Justicia Social”.
Imperdible despliegue de pavo real para referir a hechos,
todos producto de acontecimientos preñados de conductas falsas, hipócritas y
absolutamente contrarias a los básicos y elementales principios que deben regir
la vida de quienes son merecedores de espacios públicos de tamaña magnitud.
Hace el hombre gala de un inconmensurable desprecio por
la memoria. Ya que mientras habla de renunciamientos personales, vale recordar
que cuando todo el equipo de la Ministra de Educación Susana Decibe, -de quien
el señor era vice ministro- había acordado la renuncia, incluido el que alardea
renunciamientos, éste no entregó la suya, y traicionando a su compañera arreglo
quedarse como ministro. O sea, accedió al cargo traición mediante, en un
gobierno profundamente traidor que honraba esa conducta que encabezara su líder
con la memorable frase: “si decía lo que pensaba hacer, nadie me hubiese votado”.
“Será traidor, pero es ministro” decía un medio de
aquel tiempo describiendo al flamante ministro Manuel García Solá. Quién accedió
porque aceptó el ajuste que Roque Fernandez –ministro de economía- imponía a la
educación y que la ministra resistía, ganándose así el título de “Ministro del
recorte”. Aunque el personaje no hable de eso, lo que por sí mismo expresa el ajuste
es la calidad del apotegma menemista de que “la educación es el nuevo nombre de
la Justicia Social”. Todo en perfecta línea de divorcio entre las palabras y
los hechos que caracteriza a los traidores.
Hoy circuló una foto de Federico Sturzenegger
exhibiendo una remera con la imagen del Ché y la leyenda “Macri es Revolución”.
A esta usurpación vil y despreciable, sólo unos minutos después se suma esta
proclama de García Solá hablando de luchas, persecuciones y renunciamientos. Y
sinceramente creo que la vergüenza, la dignidad y la honra, para algunos
violadores de básicas conductas humanas son piezas de museo. Y si a eso le sumamos
que para colmo, estos personajes osan hablar de educación, permanecer en
silencio es como otorgarles impunidad y ser cómplices de sus miserias y de su
funcionalidad para ofrecerse al mejor postor.
Dios libre a nuestros hijos de educadores como éstos
que ni siquiera son capaces de comprender que por más que se vistan de frac, no
son más que esperpentos que transitan pobremente por la vida, aunque sus
canalladas les redunden millones.
Este grotesco que aparece en las vísperas, acusando a
otros de su oportunismo, no tendrá en el peronismo mucho más que lo que
tuvieron los olvidados y despreciados que pretendieron usarlo, bastardearlo y
humillarlo, pero solo consiguieron eso para sí mismos.
La memoria de nuestros compañeros que soñaron algo muy
parecido a los que estamos consiguiendo con Néstor y Cristina, y por lo que los
admirados por García Solá les quitaron la vida, nos obliga a no silenciarnos
frente a estos canallas que no trepidan en usurpar historia e identidad.
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