jueves, 31 de mayo de 2018

Un luchador popular y una oligarca con el nazi Biondini

LA DIFERENCIA ENTRE UN LUCHADOR POPULAR Y UNA OLIGARCA NEOLIBERAL.


La gobernadora de la Provincia de Buenos Aires María Eugenia Vidal dijo textualmente hace unos pocos días: "...¿es equidad que durante años hayamos poblado la provincia de Buenos Aires de Universidades Públicas cuando todos los que estamos acá sabemos que nadie que nace hoy en la pobreza en la argentina, llega a la universidad?..." Lo dijo durante un almuerzo organizado por el Rotary Club en el Hotel Sheraton, de ahí la afirmación de que "...todos los que estamos acá sabemos..." 


Esta es la mentalidad de una oligarca neoliberal que expresa claramente su perfil ideológico y su vínculo indestructible con el pensamiento de todas las dictaduras que vivimos sobre el mismo tema: el rol de los pobres en un mundo de renta concentrada.

Sin embargo, y si bien hay en el país y en el mundo muchos ejemplos de gente con otra mentalidad, con otra ideología y otra sensibilidad que abonan la construcción de una sociedad para todos, aquí en el Chaco tenemos un ejemplo concreto y contundente. Se llama Carlos Héctor Orianki, militante de las Ligas Agrarias del Chaco, desaparecido el 3 de octubre de 1976 asesinado por el terrorismo de estado, y en este caso por el Teniente Coronel Alcides Larrateguy.

Para que se vea el contraste, vale recordar que Carlitos Orianki propuso en el seno de las Ligas Agrarias del Chaco la creación en Presidencia Roque Sanez Peña, de una Facultad vinculada a las actividades productivas de la región. Esta idea nació de su permanente trajinar los campos de productores pobres y observar que en casos y frente a un buen año productivo algunos hijos de éstos productores se trasladaban a Resistencia o Corrientes para continuar una carrera universitaria. 

Pero en la mayoría de los casos, frente a uno, dos, o más años de magras cosechas o pérdidas, hacían imposible la continuidad por lo que los jóvenes retornaban en uno, dos o tres años, con cierto caudal de conocimiento pero también con la frustración de no poseer concluir una carrera. 

La propuesta fue acogida favorablemente y comenzaron las gestiones de las que entre otros participaron Manuel Mario, hermano de Carlitos y Jaime Pons a quienes éste encargara recorrer los 4tos. y 5tos. años de los colegios de Saenz Peña y pueblos de la zona. También contactar con los Colegios y Consejos Profesionales de la ciudad. 

Así fue como se generó una importante campaña que derivó en la primera Comisión Pro Facultad. Para luego de trámites ante la UNNE (Universidad Nacional del Nordeste) se concretara la creación de la Facultad de Agroindustrias.

Con el paso de los años y nuevas gestiones, esa Facultad de Agroindustrias se transformó en la Universidad del Chaco Austral que hoy es orgullo para todos los chaqueños, y a la que concurre una mayoría de hijos de pobres, obreros, empleados, trabajadores, productores campesinos. Porque por y para ellos fue concebida.

Para poner sobre relieve el contraste que plantea el título reproduzco aquí un artículo publicado en ocasión que, en reconocimiento a su visión y esfuerzo, las autoridades de la Universidad del Chaco Austral y el Gobierno del Pueblo de la Provincia del Chaco impusieran el nombre de Carlos Héctor Orianki al Salón del Consejo Académico de esa alta casa de estudios.

CARLOS ORIANKI, IMPULSOR DE LA IDEA DE CREACIÓN DE LA ACTUAL UNIVERSIDAD DEL CHACO AUSTRAL


Pasaron los años, treinta y siete, desde aquel loco sueño, de aquella utopía de idealista incorregible de que los negritos y los gringuitos de monte adentro pudieran poner sus pies de dedos abiertos en una universidad que los acerque al lejano poder del conocimiento.
Cuantos: ¡no se puede!; cuantos: ¡eso no es para nosotros!; cuantos: ¡estas loco negro!; y vos siempre adelante, siempre detrás de una victoria, de una pequeña victoria; una mas para sumarla al rosario que lleva a la victoria final, esa que quizás nunca llega porque siempre le ponemos una cuenta mas.
Pero ocurrió nomás, los años pasaron, y un día las puertas se abrieron y apretados sus dedos abiertos en incómodos calzados, los hijos de los chacareros, los hijos de los obreros, los hijos de los que no podían, los hijos de los excluidos pusieron sus pies en el primer escalón de la universidad.
Las picadas del monte chaqueño y las polvorientas calles de los barrios también llevaron hacia impensados horizontes de conocimiento y crecimiento. Dieron los pobres otro paso hacia la igualdad de oportunidades, hacia la libertad, hacia la condición plena de ciudadanos. Y sorprendidos los que no creían dijeron: ¡grande negro!, ¡se podía!; ¡era también para nosotros!. Y así llegó la primera victoria; y vos, aunque no te vimos, disfrutándola con esa risa contagiosa de tu permanente alegría, pensando sin decirlo: y vamos por mas.
Y muchos desde entonces fueron por mas, y lo lograron, y las victorias se sucedieron. Y se siguen sucediendo minuto a minuto. Cada partícula de conocimiento que los antes excluidos incorporan a sus alforjas es una nueva victoria. Y una tras otra se suceden. Y fuimos por más. Y hoy ya somos la Universidad del Chaco Austral.
¡Mira lo que hiciste negro! Mira donde llegó aquel sueño loco; aquella utopía irrealizable de idealista incorregible. Cuantas victorias logradas, y cuantas hacia adelante y por siempre. Y todavía hay quienes creen que vos no estás, que no eres parte de nosotros.
Quienes escondieron tu cuerpo creyeron que la tierra ocultaría el crimen y borraría la vida que lo precedió y lo supera. Mirándose al espejo de su indignidad creen que los hombres son solo cuerpos. Presos en su vacío interior ignoran la trascendencia de los espíritus. Ignoran que estás en lo mejor que pueda dar cada uno de nosotros guiados por tu ejemplo. Mira donde están ellos, despreciados, definitivamente condenados, avergonzando a los suyos, y mira donde estás vos, para nuestro orgullo, siempre junto a nosotros, siempre construyendo, por siempre en cada negrito, en cada gringuito que crece atesorando capacidades para liberarse y liberar a los suyos.
Un día del amigo, hace ya muchos años, en una carta que eché a volar a los vientos te decía; “la sociedad es enemiga de los que perturban sus mentiras vitales, su primer gesto es hostil; olvida que necesita de esos grandes espíritus que de tiempo en tiempo, desafían su encono predicando verdades vitales, por ello y porque día a día el paso del tiempo echará mas luz sobre las mentiras vitales de entonces, no tengo dudas que en la historia de este Chaco tienes reservado un lugar, que no es otro que aquel destino común de los grandes perseguidos: EL PUEBLO RECORDARÁ TU NOMBRE Y DESPRECIARÁ EL DE TUS PERSEGUIDORES.”
Te lo decía hace mas de veinte años, y ese día llegó. Aquí estás querido amigo, aquí para siempre junto a los negritos y los gringuitos que crecen y hacen crecer las esperanzas de lograr esa otra loca utopia, ese otro loco sueño de una patria justa, libre y soberana. Y vamos por ella. Como entonces, hoy y siempre: ¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!.

El 13 de diciembre de 2007 las autoridades de la Universidad del Chaco Austral junto al Gobernador de la provincia Cr. Jorge Milton Capitanich, al ministro de Infraestructura de la provincia Ing. Omar Judis, familiares, compañeros de lucha y amigos, impusieron el nombre de Carlos Hector Orianki al Salon del Consejo Académico de la Universidad en reconocimiento a quien fuera el impulsor de la idea de creación de esta casa de estudios que abrió las puertas de un futuro mejor especialmente para los pobres del interior de la provincia.


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