SE ACABARON LOS GUAPOS
Cuando trascendieron los primeros comentarios sobre la causa PIM, la diputada Aída Ayala, en un alarde de valentía afirmó que si era citada por la justicia renunciaría a sus fueros porque no tenía ningún temor, segura de su inocencia.
Cuando se libró su pedido de desafuero y detención, comenzó a pedir al bloque de Cambiemos de la Nación que se dilate la discusión en el recinto de su desafuero, dado que el antecedente del caso De Vido no la favorece para nada. Y ahí está evitando la celda gracias a la guarida que le armaron en la Comisión que preside el poco digno diputado Tonelli.
¿En que quedó aquella promesa de no ampararse en los fueros?
En una bravuconada típica de marketing. Y hoy la diputada se muestra en un estado emocional calamitoso, acusando al Fiscal de ser puntero de Capitanich, y a la Jueza que hacer lo que le dice Capitanich. Pareciera que el Intendente de Resistencia fuera el Presidente de la Suprema Corte. A ese nivel de ridículo llegó la diputada abrumada por las pruebas en su contra y la detención de la mayoría de sus socios y cómplices.
Ahora, le toca el turno a un ministro del Poder Ejecutivo del Chaco, el de Infraestructura Fabián Echezarreta.
Aquí también se han dado declaraciones rimbombantes sobre transparencia y sobre separación del cargo de quienes fueran sospechados por la Justicia.
Sin embargo, leemos por estas horas que el propio gobernador Peppo, lejos de aconsejar a su ministro que se presente ante la Justicia que lo requiere, expresa: “Tengo entendido que esto debe darse en el marco de la Constitución del Chaco y Nacional. Los ministros como sabemos tienen fueros y seguramente allí es donde se debe plantear el tema”
Significa que no hay separación del cargo ni pedido de renuncia. Y que sí pateamos la pelota afuera para ir ganando tiempo, y viendo, puede suponerse, si en la Cámara negociamos alguna salida al estilo Aída Ayala a nivel nacional.
Es decir que ante hechos concretos, todos actúan parecido: guapos cuando todavía no se concreta el problema. Pero ante éste, se acaban los guapos y comienzan a cabalgar sobre cuanta triquiñuela pueda ser urdida para demorar o evitar la comparecencia ante la Justicia.
Una verdadera pena lo que vivimos en el Chaco. La supuestamente mejor candidata de la oposición para las próximas elecciones a gobernador, en llamas por imputaciones tales como "jefa de una banda" y "asociación ilícita", delitos que de probarse la alojarían en la cárcel por largo tiempo.
Y en cuanto al oficialismo, los hombres de mayor confianza del gobernador como su Secretario General de la Gobernación, Horacio Rey; su Secretaria Privada, Susana Fernandez, y varios más, detenidos y acusados de delitos gravísimos. Y ahora el ministro de Infraestructura Fabían Echazarreta con pedido de detención.
La verdad, la situación del gobernador Peppo está en un punto que podría considerarse de colapso total. Ya que más allá de la presunción de inocencia de todos los imputados y detenidos, sin sentencia, la cantidad de elementos de prueba que el fiscal viene colectando y que dieron sustento a las detenciones y pedidos, hacen presumir que estamos en presencia de un enorme entramado de corrupción, del que el gobernador terminará siendo responsable por acción u omisión.
Nadie puede imaginar semejante movimiento de fondos de manera ilegal a su alrededor y con la participación de sus más allegados, sin que Domingo Peppo se haya dado cuenta de nada. Es sin lugar a dudas igual de grave una cierta ineptitud que haya llevado a que pasen elefantes a su lado sin que los viera, como el haber mirado ex profeso hacia otro lado, o haber sido parte.
En cualquier caso estamos, lamentablemente en una situación nunca antes vivida en la provincia y que merece ser esclarecida al costo que sea, porque nada es tan importante ni desde el punto de vista partidario ni institucional como la verdad que sanee el ejercicio de la política y sirva de ejemplo y escarmiento en caso que efectivamente se confirmen las graves sospechas que pesan sobre los imputados.
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