Bajo el titulo de “Dramático pedido de los productores al Gobierno del Chaco”, el portal “Rozismo Digital” reproduce alegatos de los participantes de la reunión organizada en Charata por la Cámara de Contratistas Rurales. Muchos de ellos protagonistas de los cortes de ruta en contra de la Resolución 125 que evidentemente está probado beneficiaba a los pequeños productores.
La frase del productor Verbeek, “El clima nos está llevando a un estado de desesperación” que cosechó los mayores aplausos dicha seguramente con auténtico dramatismo, es cuanto menos todo un capítulo para el análisis.
Recordarán seguramente todos los chaqueños que desde hace tiempo distintos sectores del mundo, el país y la provincia vienen alertando sobre el desequilibro que produce el desenfrenado avance de la frontera agropecuaria para generar espacios para aprovechar la panacea del momento: SOJA. Cientos de miles de hectáreas desmontadas legal e ilegalmente, aplicación de agrotóxicos de todo tipo que van degradando el suelo y el agua fueron acciones que llevaron adelante a pesar de todas las advertencias muchos de los que hoy realizan pedidos dramáticos al gobierno. Posiblemente quienes hicieron dinero con la soja transgénica no la vivan como un salvavidas de plomo para todos los demás.
Escribí alguna vez como sigue esta historia, y estos airados reclamos me dan lamentablemente la razón. Decía que la voracidad por el dinero inmediato que llevaba a lo ya relatado, y a sembrar soja sobre soja y nuevamente soja, acabaría con la fertilidad de nuestros suelos, transformaría nuestras aguas en líquidos venenosos, nuestro aire en gas, nuestros ríos en desiertos que corren y que finalmente la naturaleza vendría a destruir a los destructores. El cambio climático es una de las armas de la invencible naturaleza. Entonces los causantes de esa tragedia y las multinacionales que produjeron las armas de destrucción del medio ambiente exigirían de los gobiernos las soluciones. Parece que el momento está llegando. Ahora vienen encendidos discursos –como si todos fuesen inocentes- en tono acusativo hacia los gobiernos nacional y provincial y además de subsidios vendrán presiones para que el estado compre a las multinacionales –que envenenaron el medio ambiente- los remedios para volver a recuperarlo.
La frase del productor Verbeek, “El clima nos está llevando a un estado de desesperación” que cosechó los mayores aplausos dicha seguramente con auténtico dramatismo, es cuanto menos todo un capítulo para el análisis.
Recordarán seguramente todos los chaqueños que desde hace tiempo distintos sectores del mundo, el país y la provincia vienen alertando sobre el desequilibro que produce el desenfrenado avance de la frontera agropecuaria para generar espacios para aprovechar la panacea del momento: SOJA. Cientos de miles de hectáreas desmontadas legal e ilegalmente, aplicación de agrotóxicos de todo tipo que van degradando el suelo y el agua fueron acciones que llevaron adelante a pesar de todas las advertencias muchos de los que hoy realizan pedidos dramáticos al gobierno. Posiblemente quienes hicieron dinero con la soja transgénica no la vivan como un salvavidas de plomo para todos los demás.
Escribí alguna vez como sigue esta historia, y estos airados reclamos me dan lamentablemente la razón. Decía que la voracidad por el dinero inmediato que llevaba a lo ya relatado, y a sembrar soja sobre soja y nuevamente soja, acabaría con la fertilidad de nuestros suelos, transformaría nuestras aguas en líquidos venenosos, nuestro aire en gas, nuestros ríos en desiertos que corren y que finalmente la naturaleza vendría a destruir a los destructores. El cambio climático es una de las armas de la invencible naturaleza. Entonces los causantes de esa tragedia y las multinacionales que produjeron las armas de destrucción del medio ambiente exigirían de los gobiernos las soluciones. Parece que el momento está llegando. Ahora vienen encendidos discursos –como si todos fuesen inocentes- en tono acusativo hacia los gobiernos nacional y provincial y además de subsidios vendrán presiones para que el estado compre a las multinacionales –que envenenaron el medio ambiente- los remedios para volver a recuperarlo.
¿Alguien duda que mientras le reclaman al gobierno por el cambio climático, los mismos personajes siguen talando bosques y envenenando suelo agua y aire?
Señores hay que terminar con la necedad y la hipocresía y asumir como hombres los crímentes contra el medio ambiente. No es posible que terminen todos los chaqueños pagando la fiesta de un sector que además, con enorme soberbia pretende erigirse dueño de la verdad, del país y de sacar y poner gobiernos. Dios nos libre de estos iluminados.
Carlos Robledo, de Fechasoru dice muy suelto “Tenemos una presidenta y un entorno que se han propuesto castigarnos”. Claro, lo que no dice que muchos de los que hoy se quejan del gobierno estuvieron cortando rutas contra la Resolución 125. Tampoco se dice que si se hubiera sancionado los pequeños productores resultaban hoy beneficiados. No se dice que Buzzi, Orsolini, De Angeli y sus socios los históricos golpistas de la Sociedad Rural son los verdaderos responsables de que hoy los pequeños productores estén peor que antes del 10 de marzo pasado. Seguramente Robledo añorará la “bonanza” que vivieron los pequeños productores con Menem o De la Rúa y considerará que el crecimiento de los últimos años es lo peor que nos pudo haber pasado.
Menos mal que asistió a la reunión ese prócer de la política chaqueña, el diputado Urlich, el que con su preclaro pensamiento elaboró la propuesta de una nueva reunión con diputados y senadores. Seguramente el diputado tiene pensado solicitar a sus colegas provinciales que aprueben inmediatamente la adhesión y reglamentación de la "Ley Bonasso" como un principio de solución seria a la depredación de nuestros bosques, ya que ni el diputado ni los alarmados productores tendrán ninguna duda que esa depredación -por muchos de ellos ejecutada- es la causante principal de sus actuales lamentos.
Probablemente los responsables digan: “no debemos mirar hacia atrás”, “necesitamos soluciones no diagnósticos”, “no queremos mas parches”. Claro, si miramos hacia atrás a muchos habría que decirles: muchachos, ustedes son parte del problema que hoy tenemos todos los chaqueños con el medio ambiente, de modo que no se hagan los distraídos, ustedes deben poner lo necesario para reparar los enormes daños causados.
Carlos Robledo, de Fechasoru dice muy suelto “Tenemos una presidenta y un entorno que se han propuesto castigarnos”. Claro, lo que no dice que muchos de los que hoy se quejan del gobierno estuvieron cortando rutas contra la Resolución 125. Tampoco se dice que si se hubiera sancionado los pequeños productores resultaban hoy beneficiados. No se dice que Buzzi, Orsolini, De Angeli y sus socios los históricos golpistas de la Sociedad Rural son los verdaderos responsables de que hoy los pequeños productores estén peor que antes del 10 de marzo pasado. Seguramente Robledo añorará la “bonanza” que vivieron los pequeños productores con Menem o De la Rúa y considerará que el crecimiento de los últimos años es lo peor que nos pudo haber pasado.
Menos mal que asistió a la reunión ese prócer de la política chaqueña, el diputado Urlich, el que con su preclaro pensamiento elaboró la propuesta de una nueva reunión con diputados y senadores. Seguramente el diputado tiene pensado solicitar a sus colegas provinciales que aprueben inmediatamente la adhesión y reglamentación de la "Ley Bonasso" como un principio de solución seria a la depredación de nuestros bosques, ya que ni el diputado ni los alarmados productores tendrán ninguna duda que esa depredación -por muchos de ellos ejecutada- es la causante principal de sus actuales lamentos.
Probablemente los responsables digan: “no debemos mirar hacia atrás”, “necesitamos soluciones no diagnósticos”, “no queremos mas parches”. Claro, si miramos hacia atrás a muchos habría que decirles: muchachos, ustedes son parte del problema que hoy tenemos todos los chaqueños con el medio ambiente, de modo que no se hagan los distraídos, ustedes deben poner lo necesario para reparar los enormes daños causados.
Y el gobierno tiene la obligación de determinar responsabilidades porque el dinero es de todos, también de los desocupados, de los indigentes y de los desnutridos, y no es justo que la pobreza siga subsidiando a los generadores y beneficiarios de estos peligrosisimos desequilibrios.
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