RABOSSI DEBE BATIRSE A DUELO CON SUS MISERIAS.
Dice el licenciado Andrés Rabossi, que he atacado su persona, honor y dignidad. Si le digo que como buen operador rozista vuelve a mentir, se va a ofender.
Vea Rabossi, es la verdad a la que usted tiene por enemiga. Es contra ella que se bate, y se siente herido y ofendido. Y eso es inevitable, porque lo que todavía no aprendió es que ella es invencible y siempre se impone. Entonces su duelo no es con ella ni conmigo, es contra sus propias miserias.
Nunca esperé que reconozca ser consciente de su realidad. Siempre, a partir de su alta exposición, propensión y entrega al engaño masivo en 2007, le concedí el beneficio de la ignorancia de valores y principios que rigen las conductas y las vidas de hombres con honor y dignidad. Nervioso y confundido no repara usted que el peor enemigo que tiene la persona, honor y dignidad del manipulador, es ese mercenario que se aloja en el vacío de su espíritu. Y le ha dado vida él, nadie más que él. Porque cada cual construye su patrimonio moral todos los días con su conducta. Y usted ha levantado el suyo aquel 2007 con el peor de los recursos y materiales, víctima de sus desaforadas apetencias y descomunal desfachatez irrespetuosidad y soberbia frente a todo un pueblo.
Usted ni siquiera entiende cuando un hombre puede sentirse agredido u ofendido y cuando debe tener la dignidad de reconocer su infamia. Nótese que no hablo de error sino de infamia, porque una cosa son los errores y otra muy distinta lo que protagonizó su personaje para estafar a los chaqueños. Y lo afirmo, por cuanto usted mismo propaló a los cuatro vientos que sus encuestas tenían base científica y en consecuencia estaban exentas de error. Fue Andrés Rabossi el que estampó su firma en esos números falsos. Quienes militábamos con todas nuestras fuerzas esa elección no teníamos dudas de esa miserabilidad porque menos científicas por cierto, pero más serias y reales, hacíamos nuestras propias cifras, que arrojaban un triunfo muy ajustado para Capitanich. Y tuvimos razón. Fue usted el que mintió, y lo hizo deliberadamente, con malicia.
Por eso afirmé y lo reitero, que es un mercenario de las encuestas. Dije que he sido descalificado bajo la afirmación que lo suyo tenía sustento científico y sostuve que eso certifica su infamia. Y lo reafirmo. Todo esto lo dije porque una semana antes del 16/09/07 usted hacia conferencias de prensa diciéndole a los chaqueños, con su método científico sin margen de error, que Rozas ganaba por 30 puntos de diferencia. Claramente estaba operando para construir una imagen virtual de triunfo de su contratante como estrategia para inducir el voto de muchos indecisos o dubitativos. No alcanzó. Entonces vino lo peor. Llegando al colmo el día de la elección pocos minutos después de las 18 horas a afirmar desde el mismísimo Salon Obligado de la Casa de Gobierno, que su contratante había sido reelecto por 11 puntos de diferencia sobre Capitanich. Era exactamente el discurso que repetía toda la dirigencia radical aferrada a la posibilidad de torcer y bastardear el mandato popular en el escrutinio definitivo a llevarse a cabo en el Juzgado Electoral presidido por otro par suyo en las filas rozistas: Ramón Avalos.
Pues no lo consiguieron. Y no lo consiguieron porque los que siempre luchamos por la democracia, también en esa ocasión nos convocamos y con todas nuestras fuerzas defendimos la decisión democrática de los chaqueños. Y no fue fácil, muchos compañeros, entre ellos la doctora María Inés Pilatti Vergara, durmieron varias noches en la puerta del Tribunal para evitar el despojo. Y fue usted uno de los que tuvo mucho que ver con la preparación del clima triunfalista previo que de no mediar nuestra férrea defensa en el recuento definitivo hubiese permitido concretar esta estafa a la democracia y a los chaqueños.
Por todo ello, mis dichos más que para usted, de quién no espero recuperación, son para todos los chaqueños, y tienen por objeto el humilde aporte a la construcción de una sociedad con premios y castigos. Porque ocurre a menudo que esta sociedad no sanciona. Es por eso que personajes de la más baja estofa se retiran temporariamente luego de sus felonías para regresar pasado cierto tiempo como si nada hubiese ocurrido. Son los usufructuarios de la impunidad. Es lo que hizo usted, silenciándose y desapareciendo un tiempo apelando a la desmemoria. Por eso ahora se molesta porque alguien se lo recuerde, y repito no tanto a usted, sino a todos los chaqueños para que no caigamos nuevamente en la ingenuidad de prestar nuestra atención a quién ha demostrado desprecio, mala fe, y atentado al respeto de la voluntad popular como su caso.
Mire licenciado, alguna vez su contratista Angel Rozas me envió una carta documento en tono amenazante e intimidatorio. Recibió su merecida respuesta y se retiró. Usted va por más, porque si mal no interpreto me reta a duelo. Créame que me sorprendió. Pienso todo lo que dije de usted, pero nunca imaginé que además fuera tan estúpido.
Pretende darse pompa de señor ofendido proponiendo: "Ofrezco, como mecanismo de reparación de los daños que intenta provocar este señor a mi honor y mi reputación, y apelando a su honor y dignidad, a resolver esta cuestión como hombres, donde y cuando quiera”. Es una típica expresión de fantoche prepotente tonto y presumido con aires de caballero del siglo XVIII. En su profunda ignorancia usted se cree capaz de alterar mi paz o infundir algún temor. Es muy tierno para eso licenciado. Su bravuconada lejos de ser una expresión de hombría y valor, como ingenuamente pretende, es el típico brote de histeria de quienes experimentan una súbita y violenta baja en la producción de testosterona.
Dos sugerencias le dejo: Hágase un chequeo; y revise sus dichos. Habla usted de su reputación y que intento provocarle daño. Siendo que ha sido usted quien entregó su reputación y provocó daños con su inconducta, por lo que lo mejor que puede hacer es no exponerse más. Está visto que ni como encuestador, que es su especialidad pudo competir. En consecuencia no abusaría yo de sus debilidades en otro campo, porque con quien debe usted batirse a duelo es con sus propias miserias, a las que evidentemente no logra vencer. Inténtelo, si triunfa será un hombre digno, con reputación y honor. Recién entonces estará en condiciones de desafíos en ligas mayores. Por ahora no califica.
Vea Rabossi, es la verdad a la que usted tiene por enemiga. Es contra ella que se bate, y se siente herido y ofendido. Y eso es inevitable, porque lo que todavía no aprendió es que ella es invencible y siempre se impone. Entonces su duelo no es con ella ni conmigo, es contra sus propias miserias.
Nunca esperé que reconozca ser consciente de su realidad. Siempre, a partir de su alta exposición, propensión y entrega al engaño masivo en 2007, le concedí el beneficio de la ignorancia de valores y principios que rigen las conductas y las vidas de hombres con honor y dignidad. Nervioso y confundido no repara usted que el peor enemigo que tiene la persona, honor y dignidad del manipulador, es ese mercenario que se aloja en el vacío de su espíritu. Y le ha dado vida él, nadie más que él. Porque cada cual construye su patrimonio moral todos los días con su conducta. Y usted ha levantado el suyo aquel 2007 con el peor de los recursos y materiales, víctima de sus desaforadas apetencias y descomunal desfachatez irrespetuosidad y soberbia frente a todo un pueblo.
Usted ni siquiera entiende cuando un hombre puede sentirse agredido u ofendido y cuando debe tener la dignidad de reconocer su infamia. Nótese que no hablo de error sino de infamia, porque una cosa son los errores y otra muy distinta lo que protagonizó su personaje para estafar a los chaqueños. Y lo afirmo, por cuanto usted mismo propaló a los cuatro vientos que sus encuestas tenían base científica y en consecuencia estaban exentas de error. Fue Andrés Rabossi el que estampó su firma en esos números falsos. Quienes militábamos con todas nuestras fuerzas esa elección no teníamos dudas de esa miserabilidad porque menos científicas por cierto, pero más serias y reales, hacíamos nuestras propias cifras, que arrojaban un triunfo muy ajustado para Capitanich. Y tuvimos razón. Fue usted el que mintió, y lo hizo deliberadamente, con malicia.
Por eso afirmé y lo reitero, que es un mercenario de las encuestas. Dije que he sido descalificado bajo la afirmación que lo suyo tenía sustento científico y sostuve que eso certifica su infamia. Y lo reafirmo. Todo esto lo dije porque una semana antes del 16/09/07 usted hacia conferencias de prensa diciéndole a los chaqueños, con su método científico sin margen de error, que Rozas ganaba por 30 puntos de diferencia. Claramente estaba operando para construir una imagen virtual de triunfo de su contratante como estrategia para inducir el voto de muchos indecisos o dubitativos. No alcanzó. Entonces vino lo peor. Llegando al colmo el día de la elección pocos minutos después de las 18 horas a afirmar desde el mismísimo Salon Obligado de la Casa de Gobierno, que su contratante había sido reelecto por 11 puntos de diferencia sobre Capitanich. Era exactamente el discurso que repetía toda la dirigencia radical aferrada a la posibilidad de torcer y bastardear el mandato popular en el escrutinio definitivo a llevarse a cabo en el Juzgado Electoral presidido por otro par suyo en las filas rozistas: Ramón Avalos.
Pues no lo consiguieron. Y no lo consiguieron porque los que siempre luchamos por la democracia, también en esa ocasión nos convocamos y con todas nuestras fuerzas defendimos la decisión democrática de los chaqueños. Y no fue fácil, muchos compañeros, entre ellos la doctora María Inés Pilatti Vergara, durmieron varias noches en la puerta del Tribunal para evitar el despojo. Y fue usted uno de los que tuvo mucho que ver con la preparación del clima triunfalista previo que de no mediar nuestra férrea defensa en el recuento definitivo hubiese permitido concretar esta estafa a la democracia y a los chaqueños.
Por todo ello, mis dichos más que para usted, de quién no espero recuperación, son para todos los chaqueños, y tienen por objeto el humilde aporte a la construcción de una sociedad con premios y castigos. Porque ocurre a menudo que esta sociedad no sanciona. Es por eso que personajes de la más baja estofa se retiran temporariamente luego de sus felonías para regresar pasado cierto tiempo como si nada hubiese ocurrido. Son los usufructuarios de la impunidad. Es lo que hizo usted, silenciándose y desapareciendo un tiempo apelando a la desmemoria. Por eso ahora se molesta porque alguien se lo recuerde, y repito no tanto a usted, sino a todos los chaqueños para que no caigamos nuevamente en la ingenuidad de prestar nuestra atención a quién ha demostrado desprecio, mala fe, y atentado al respeto de la voluntad popular como su caso.
Mire licenciado, alguna vez su contratista Angel Rozas me envió una carta documento en tono amenazante e intimidatorio. Recibió su merecida respuesta y se retiró. Usted va por más, porque si mal no interpreto me reta a duelo. Créame que me sorprendió. Pienso todo lo que dije de usted, pero nunca imaginé que además fuera tan estúpido.
Pretende darse pompa de señor ofendido proponiendo: "Ofrezco, como mecanismo de reparación de los daños que intenta provocar este señor a mi honor y mi reputación, y apelando a su honor y dignidad, a resolver esta cuestión como hombres, donde y cuando quiera”. Es una típica expresión de fantoche prepotente tonto y presumido con aires de caballero del siglo XVIII. En su profunda ignorancia usted se cree capaz de alterar mi paz o infundir algún temor. Es muy tierno para eso licenciado. Su bravuconada lejos de ser una expresión de hombría y valor, como ingenuamente pretende, es el típico brote de histeria de quienes experimentan una súbita y violenta baja en la producción de testosterona.
Dos sugerencias le dejo: Hágase un chequeo; y revise sus dichos. Habla usted de su reputación y que intento provocarle daño. Siendo que ha sido usted quien entregó su reputación y provocó daños con su inconducta, por lo que lo mejor que puede hacer es no exponerse más. Está visto que ni como encuestador, que es su especialidad pudo competir. En consecuencia no abusaría yo de sus debilidades en otro campo, porque con quien debe usted batirse a duelo es con sus propias miserias, a las que evidentemente no logra vencer. Inténtelo, si triunfa será un hombre digno, con reputación y honor. Recién entonces estará en condiciones de desafíos en ligas mayores. Por ahora no califica.
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