Esteban Branco Capitanich

ROZAS ES UN ATORRANTE QUE LO ÚNICO QUE HIZO FUE LLENARSE LOS BOLSILLOS

Quien ha sido descripto con la frase del título por una dama que sabe de lo que habla, tiene la desfachatez de afirmar que “Cuando me retiré del gobierno … me fui a mi casa como un ciudadano más”. Miente. No se fue como un ciudadano más.

Llegó como un ciudadano más en un raído 504 de su modesta casa de Pinedo con un perro callejero como mascota. Cuando se fue, había cambiado el callejero por un plantel de Brangus. Y no se fue a Pinedo, fue más veces a Europa que a Pinedo sin que nadie se explique como hizo tanto dinero con el sueldo de diputado primero y gobernador después para vivir sin trabajar y recorrer el mundo sin parar. Propiedades, hacienda, campos, departamentos, solo hasta donde se conoce, todo sin otra actividad que la política. Y el muy caradura dice “me fui a mi casa como un ciudadano mas”. Y como remate y burla a los saqueados del Chaco se mofa diciendo: “No hice nada para tener impunidad” cuando el país conoce la manipulación que ejerció sobre el poder judicial colocando a sus lacayos, Ricardo Franco, Ramón Ávalos y Rolando Toledo en el Superior Tribunal.
Por suerte de mi dice “Branco Capitanich es un inoperante”. Menos mal. Difícil de remontar sería si dijera que soy eficiente.
Porque no caben dudas que desde la mirada del oscuro personaje eficientes han sido, Miguel Pibernus, su vice gobernador que renunció por ladrón; Jorge Romero, su ministro de Salud que facturaba remedios que no se entregaban pero la plata iba a cajas personales; sus recaudadores en Colonización, Carlos Gasko, Roberto Cogno, Nildo Puebla, José Moreno, condenados unos, y procesados otros. Estos no han sido inoperantes, han sido muy eficaces para los intereses del hombre que se hizo millonario con la política para sumergirse en la peor de las pobrezas, la moral.