Esteban Branco Capitanich

NESTOR, ESTO NO SE HACE.
La muerte de Néstor, que impactó en millones de argentinos como un duro golpe a sus esperanzas, solo produjo euforia en unos pocos imbéciles, hienas insaciables, como el energúmeno de la Federación Agraria Buzzista de Gualeguaichú.
En muchos otros, gerentes de proyectos entreguistas, causó alegría, disimulada hasta con lágrimas de cocodrilo. Pero pronto la alegría trocó en sorpresa; como tantos de sus frecuentes movimientos, percibieron que Néstor acababa de pulverizar la columna vertebral de sus famélicos fundamentos de campaña.
El enemigo uno, el malvado, el tirano, el monarca, el que gobernaba tras bambalinas, el que confrontaba, el que nos mantenía fuera del mundo, el responsable primero y único de todos nuestros males ya no estaba.
Para los constructores de enemigos nada más duro que la desaparición prematura de su creación. Se acabó el objetivo. Se acabó la guerra.
Y ahora, ¿Que hacemos Magnetto? . . .

Si nuestros "clarines" aturdieron diciendo que Cristina no existe.
Si toda "la nación" gritó estos años que Cristina era una especie de megáfono amplificador del propio demonio.
Si no era nada ni nadie.
Si no tenía ni idea... ni voz.
¿Por que habla?
¿Por que conduce?
Ahora resulta que sigue hablando, y tomando decisiones.
Y recorriendo el mundo. Ese del que decíamos estar fuera.
Y la escuchan.
Y la elogian.
¿Quien le dicta ahora?
¿Será que Mirtha tenía razón y el infiel no estaba en el cofre?
Será posible que no solo no nos dieran el gusto de verlo muerto, sino que: ¡el hijuna no está muerto!
¡Magnetto! ¿Qué hacemos?
¡Que bárbaro!, cuando parecía nuestro amanecer, oscureció y se desata esta feroz tormenta en la que ya no nos vemos.
El Lole se quedó sin nafta una vez más. Y para colmo parece que espera el "Pace Car" que lo lleve al box del equipo oficial. ¡Dios guarde!
La Carriomanía languideció tanto ante tanto Apocalipsis abortado que trocó en Carriopatía y nos vomita enésimo exorcismo. Ahora a nosotros.
¿Que hacemos Magnetto?
¿Está muerto? o Mirtha tiene razón, y ya no muere nunca más.
Pero… si así fuera, ¿a que fueron todos esos imberbes a la Rosada?
¡Se te paraban los pelos!
Parecía la JP de los 70; miles de pibes con la política bajo la piel.
¡Que peligro!
¿Quién los acarreó?; ¿Quién les pagó?; ¿Cuánto?
Ojala todo sea un mal sueño.
O mejor… otra puesta en escena de Fuerza Bruta por el bicentenario.
Ojala, pero parece que no. No.
Estos tipos son incorregibles, justo el día del censo, cuando parecía que seríamos más, “el bizco” le manda este guiño al destino y nos deja mancos, atados a la gatera.
Mientras el mal nacido se mete bajo la piel de Cristina y la de millones de pibes.
Y con la fusta bajo el brazo, de cara al viento, cortado, va por el disco de la gran victoria mirando de reojo la tribuna desde la que la patria de pié aplaude, llora, grita…
¡¡¡GRACIAS NESTOR!!!
¡¡¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE ARGENTINA!!!