EL OCASO DE UN MAMARRACHO
Dicho esto con la mayor elegancia, refiere al gobierno que llegó prometiendo alegría, prosperidad, honestidad, transparencia, justicia y todas las mieles que la mas frondosa imaginación podía concebir.
A esta altura del desastre, ya no quedan dudas que no tuvieron nunca la intención de gobernar, interpretando el término en su acepción positiva de "conducir", "ejercer la dirección de algo en beneficio de todos". Lo que vinieron a hacer, con saña, es volver a concentrar la renta, cuyo primer éxito lo tuvieron con la derrota de la Resolución 125 y eso les permitió confiar en ir por más.
Los que tenemos memoria y años, lo sabíamos. Es gente que no tiene patria, solo se manejan con intereses y vinieron a concentrar la renta. No es difícil. Siempre que un gobierno con características populares redistribuyó como ocurrió los doce años anteriores que llevó a que los argentinos tuvieran los mejores salarios en dólares de América Latina; que por primera vez en décadas los asalariados pudieran ahorrar, vacacionar, muchos, comprar dólares para viajar al mundo, vivir con confort, es porque la minoría explotadora tuvo que ceder privilegios en favor de mayor igualdad.
Esto resultó intolerable para la oligarquía cipaya y decidieron convocar un seleccionado de tahúres. Todos expertos en timba, trampa y engaños.
Sofisticados garitos como el Colegio Cardenal Newman fueron el jardín de infantes de quienes luego se perfeccionaron en las catedrales universales del saqueo allá en el norte virtuoso de américa.
Combatieron al gobierno popular por una inflación del 24% anual; la llevaron al 40%. Denostaron el descuento por ganancias a un millón de trabajadores; hoy le hacen pagar a dos millones. Descalificaron la política económica por una devaluación del 40% en diez años; hoy en solo dos años y medio la llevaron al 200%; criticaron el dólar que pasaba de $ 3,5 a 8,50 en cinco años; ayer subió esos $5 en un día.
Está claro que argentina no tiene gobierno. Se trata de un grupo de rapiñeros, arrebatadores, que están desesperados por arrasar con todo lo que puedan y fugarlo a sus paraísos fiscales. No es que no saben lo que hacen. Saban, y muy bien.
Como se puede observar, lo que antes era tragedia, hoy estamos a un paso de considerarlo virtud. Gracias a la prensa libre e independiente que lo es de cualquier apego a la verdad y la información ecuánime y veraz.
La realidad es que se les están cayendo todos los pasamontañas. Y lo mejor que les puede pasar a las mayorías es que se desplomen lo antes posible ya que superamanos los peores indicadores del 2001 y no debemos esperar 40 muertos.
El pueblo en la calle. Paro general por tiempo indeterminado y exigencia de elecciones en plazo perentorio con un gobierno interino en el marco de los mecanismos constitucionales, ya.
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