Uno de los juristas mas prestigiosos que ha dado esta tierra es hoy víctima de una de las mas perversas operaciones mediáticas.
Las "madamas" que regentean los prostíbulos de La Nación, han puesto a sonar el Clarín anunciando que este juez es contrario a sus intereses.
Raúl Eugenio Zaffaroni, reconocido en el mundo entero como uno de los hombres de derecho más excelentes de este tiempo no puede jamás ser funcional al funcionamiento de los intereses prostibularios de éstas minorías explotadoras, antidemocráticas y destituyentes. Y vienen por él, para además dinamitar uno de los logros más importantes del actual modelo: haber impulsado la constitución de una Suprema Corte independiente apreciada por propios y extraños.
La carencia argumental para combatir el modelo es de tal brutalidad que lleva a implantar este terrorismo mediático jamás antes vivido por la democracia argentina.
Es de tal endeblez la acusación al doctor Zaffaroni como ridículo sería pretender inculpar al dueño de una propiedad por los crímenes que en ella pudieran perpetrar sus inquilinos. Pero a quién importa ésto. Mitre y Magnetto, expertos en prostituir como pocos, discípulos destacados de Joseph Goebbels, aplican una de sus máximas preferidas: Una mentira mil veces repetida....se transforma en verdad. Es así que toda la constelación mediática acribilla los ojos y los oídos de los argentinos con ésta campaña que no es solo contra Zaffaroni, es esencialmente contra la república, esta que ha despertado el odio oligárquico desde el mismo instante en que viró en defensa de los intereses colectivos.
Felizmente argentina es otra. Ya tres tapas amarillas de Clarín o La Nación no terminan ni con presidentes ni con jueces como en tiempo de serviles que eran cambiados como preservativos. El tiempo de los gerentes lacayos al servicio del poder sin sustento popular se ha terminado.
Esto obliga a las "madamas" de los prostíbulos que acechan la salud de la nación a extremar sus recursos, lo que los lleva a mostrarse impúdicamente desnudos en sus miserables intereses antipopulares.
Desde este humilde espacio vaya toda la solidaridad militante con el doctor Raúl Eugenio Zaffaroni quien también con ésto marcará su distancia con los oportunistas que traicionando la historia de su apellido, como Ricardo Alfonsín osan sugerir su renuncia como preanunciando su propia conducta en caso que los argentinos decidieran suicidarse concediéndole la confianza para gobernar.
Ello no ocurrirá porque los argentinos coincidimos con Zaffaroni que “Todo esto conduce a la antipolítica, y sabemos lo que viene después”
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