Esteban Branco Capitanich

LA RURAL, UNA EXPOSICIÓN DE MISERIA EN MEDIO DE LA OPULENCIA

Frente a los discursos y declaraciones agresivas, falaces y con alto espíritu descalificador y degradante hacia los gobiernos nacional y provincial pronunciados en la Sociedad Rural del Chaco cabe recordar que esta entidad no fustigó a la mayoría de los gobiernos que hundieron y entregaron el país, y si lo hace con cuanto gobierno intente poner equidad y racionalidad en la distribución de la renta.
Celebraron sostuvieron y disfrutaron el atraso conservador, concentrador y explotador anterior al peronismo. No pudieron impedir la llegada de éste, pero recorrieron los cuarteles inyectando combustible y plomo a los aviones que bombardearon Plaza de Mayo para terminar con Perón en los 50. Festejaron con ampulosas solicitadas la llegada de la dictadura genocida del 76. Se pasearon con los criminales en pomposos descapotables y para que no queden dudas pusieron a Martinez de Hoz en el ministerio de economía...
Recuperada la democracia, arremetieron repudiaron y empujaron la salida de Alfonsín. Se abrazaron con fervor a Menem y Alsogaray porque atrasaron el reloj de la historia a sus tiempos añorados. Pero llegaron Néstor y Cristina Kirchner con la osadía de tratar de llevar igualdad y terminar con históricos privilegios. Volvía el peronismo por justicia social. Y nuevamente La Rural en la vereda opuesta con toda virulencia. Ahora a falta de aviones de combate y tanques, usan medios monopólicos de comunicación y lo más irresponsable y antidemocrático de la oposición política que claudicante se subordina esperando sus migajas.
El espíritu golpista y destituyente consistente en minar la credibilidad del gobierno no reconoce límites ni en los medios ni en los recursos para crear una argentina virtual de pobreza, miseria, exclusión y aislamiento ante una realidad sustancialmente opuesta que se expresa en reducción de todos los índices negativos generados por políticas que pretenden reimplantar. Ante esa realidad virtual falaz, está la inclusión social indiscutible con mejoramiento del ingreso de activos y pasivos; con ampliación de la cobertura social por medio de nuevas jubilaciones; asignación universal por hijo; renacimiento de la industria nacional; producción agropecuaria y exportaciones superando todos los registros históricos; inclusión educativa; economía sólida con reservas y políticas que permitieron superar sin sobresaltos la peor crisis mundial de los últimos setenta años mientras el “primer mundo” se desplomaba; obras de infraestructura para una argentina que se proyecta al futuro; relación respetuosa y respetada con el resto del mundo. La tragedia para los señores de la tribuna ganadera es este gobierno que pretende redistribuir. Este gobierno que se empeña en no permitir que sigan con la perinola cargada que siempre les daba “toma todo”.
Si hay un sector en la argentina que aunque con altibajos nunca estuvo entre los que mas sufrieron, es el de los terratenientes ganaderos. Sin embargo siempre usó la estrategia del llanto permanente, en las buenas o muy buenas como hoy, como si fuesen las peores. Es el manto que cubre el egoísmo y la insolidaridad que acompañan y tratan de ocultar la enorme acumulación en los buenos tiempos.
Con cinismo afirman “la nuestra es una crítica bien intencionada. No es para que el gobierno se enoje y se vaya de las tribunas”, pero no reconocen un solo acierto de este gobierno provincial que en dos años y medio concretó obras como ningún otro en décadas. Si reclaman que: “usan el doble discurso y meten una catarata de proyectos de leyes que nos perjudican”. Se refieren especialmente a dos: el que propone aumentar el Impuesto Inmobiliario Rural para predios superiores a 4.000 hectáreas y al proyecto de Ley de Tierras. Hoy pagan impuesto inmobiliario rural como si fuesen indigentes. Cuentan hectáreas por miles pero al momento de aportar se igualan con los que tienen una decena. Respecto de la Ley de Tierras les molesta sobremanera que se proponga preservar la tierra fiscal remanente para los pequeños productores y evitar la expansión de los latifundios. Seguramente quisieran seguir haciéndose de tierras fiscales baratas y expandiendo sus estancias a costa de la expulsión de pequeños productores a los que está visto usan no solo para hacer discursos. Es la lógica que guía a los egoístas e insolidarios.
Con la mayor soltura se quejan porque “cada día hay más pobres”, mientras tienen el 70% de sus peones en negro; pregonan que “hay que trabajar en una ganadería sustentable para que haya carne argentina en la mesa de todos los argentinos”, mientras reclaman la liberación de las exportaciones para vender en euros y que los argentinos paguen 80 pesos el kilo como ya lo dijeron. Y como broche de oro de hipocresía claman que “se debe recuperar la sustentabilidad. No debe haber retenciones” No debe haber retenciones, pero si subsidios y atención de la pobreza. Seguramente reduciendo salarios y jubilaciones, y eliminando asignaciones universales por hijo, y cualquier otro “gasto” que no los incluya exclusiva y excluyentemente. Una verdadera desvergüenza.
Lamentable lo de Monseñor Sigampa. Repite el discurso de la Sociedad Rural golpista y destituyente de todos los tiempos pretendiendo hacer aparecer al gobierno enfrentado con los campesinos al deslizar que:“es una pena que algunos no vean con buenos ojos al campo” , y que “no se haga la ley del embudo: algunos comen ancho y otros puntado”. Se inscribe entre los que pretenden hacernos creer que “el campo” es la Sociedad Rural, o la Mesa de Enlace. Una vez más voy a decir: ¡NO REPRESENTAN A MAS DEL 15% DE LOS PRODUCTORES!. Entonces monseñor, aclare cual es para usted el campo: Ese 15% que estaba a su lado y que comen ancho, o el restante 85% que come puntudo. Y también aclare quienes no lo ven con buenos ojos, si el gobierno o los que estaban a su lado. Aunque se que no le es fácil. Siempre la cúpula de la iglesia argentina estuvo sentada comiendo ancho a las mesas de los que comen ancho, marginando a los curas que a semejanza de Jesús se pusieron del lado de los que comen puntudo. Y esta es una verdad histórica que habilita recordarlo para que sepamos desde que lugar hablamos cada cual.
Todo esto se dijo en el marco de un típico acto de la oposición a los gobiernos nacional y provincial, con la presencia de Ángel Rozas para quien por supuesto no hay reproche alguno. Lo suyo fue desde los ojos de los discursantes un dechado de honestidad y realizaciones. Los cinco mil millones de deuda sin obras no es más que una anécdota que no merece ser recordada.
Otra presencia infaltable en cuanto evento antigubernamental de organice es la de la señora Aída Ayala. Sus declaraciones traen desde el recuerdo a ciertos personajes farandulezcos que en su vida vieron una vaca con el cuero puesto ni un pollo emplumado, opinando de campo y producción con ridículos aprestos de autoridad. Con pretensiones además de polemizar con el gobernador poniendo en su boca expresiones salidas de su escasísimo bagaje de inventiva e imaginación, con el solo objeto de aparentar una absolutamente inexistente capacidad de competir. Lamentablemente, para bien o para mal, se puede modificar la apariencia, nunca la esencia.
Señores, todos tenemos derecho a opinar, pero cuando queremos imponer un modelo de gobierno es imprescindible buscar mecanismos dignos e idóneos. En consecuencia lo que deben hacer los señores de la Sociedad Rural, es terminar de conspirar, fomentar e impulsar golpes de estado para gobernar. Si no encuentran espacio entre los existentes deberán formar su propio partido político, inscribirse en la vida democrática y buscar el respaldo popular para llegar al gobierno y aplicar las políticas que antidemocráticamente pretenden imponer desde el apriete.