
Si priorizamos la salud, analicemos las consecuencias que traerá la aplicación de químicos que mejoren la producción y la rentabilidad. Luego decidamos si su incidencia sobre la ésta determina la necesidad de limitar, regular o eliminar su uso.
Pero hagámoslo con información, nunca con palos. Escuchemos la opinión especialmente de científicos, universidades o estudiosos que no tengan que ver con el meganegocio de las multinacionales ni sus redes de distribución y aplicación, tampoco con aquellos que pudieran estar vinculados a empresas montadas para explotar el negocio de la defensa del medio ambiente.
Si los que protagonizaron los hechos de violencia esquizofrenica en La Leonesa con el objeto de impedir el debate tuviesen la capacidad de reflexión, percibirían que fue de tal magnitud la torpeza política que ya nadie se pregunta de que lado está la razón. Nadie duda que la falta de argumentos de su parte los llevó a la locura y que en consecuencia toda, absolutamente toda la razón está del lado de quienes fueron víctimas de su brutalidad.
Lo que lleva también a que se afecte la posibilidad de desarrollar una cuenca arrocera en la provincia como es voluntad del gobierno. Porque se instala la idea que no es posible la producción arrocera a raíz del impacto por aplicación de químicos, cuando en realidad probablemente las explotaciones debieran situarse en espacios que no afecten la salud de las personas o limitando y controlando el uso de agrotoxicos.
En consecuencia no debe minimizarse lo ocurrido en La Leonesa. Ha sido de extrema gravedad. Se ha producido un hecho de brutal violencia institucional provocada desde el estado y esto no puede en modo alguno ser ignorado por el solo y casual hecho que no ha habido muertos. No los esperemos para entonces si reaccionar el defensa de un estado sensato, responsable y democrático. Este es el momento, mas allá de conveniencias numéricas con las que se pretende extorsionar la toma de decisiones correctas ya que no hacerlo puede traer réditos cortos o mayores perjuicios inmediatos, pero en cualquier caso una mancha que no se borrará y tenderá un manto de sospecha y pérdida de credibilidad hacia el futuro.
Como un aporte a la información, aquí algunos artículos que vale la pena difundir:
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