HECHOS EN CASA
Durante el siglo XIX, ciertos científicos al estudiar las partes más duras de los alimentos (aquellas compuestas sobre todo por celulosas y ligninas), descubrieron que estas eran expulsadas del organismo casi como se habían ingerido, por lo que dedujeron que estas sustancias no debían tener gran relevancia para la nutrición humana.
Pero hoy sabemos que se equivocaron, quizás no tengan ninguna propiedad nutricional importante, pero son el alimento favorito de muchas bacterias que viven en nuestro intestino y que sí son fundamentales para nuestro aparato digestivo, para la regulación de nuestro peso y para estimular nuestro sistema inmunitario.
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