miércoles, 15 de junio de 2016

¿DE QUIEN ES LA PLATA?

Es la pregunta que se hace en los medios de comunicación que le dieron un descanso a Lázaro Baez para colgar en el cuadro del chorro del año a José Lopez. 



Es una pregunta de fácil respuesta.
Si no tiene justificación en su origen, claramente es de todos los argentinos. Porque, o es robada, o producto de cohecho, o evasión. Y debió ir a mejorar la calidad de vida del conjunto.

En los programas de televisión, a los millones que supuestamente Lopez estaba con intenciones de enterrar en un monasterio, se los traducía en 121 mil asignaciones universales por hijo. Y está muy bien porque hace que se aprecie mejor la magnitud del crimen.

La condena, aunque previa al pronunciamiento judicial, pero basada en la espectacularidad del procedimiento y la impresión que para cualquier mortal trabajador significa semejante montaña de plata a la vista, es unánime. Desde el propio Frente para la Victoria, del que Lopez fuera funcionario doce años, se han pronunciado con contundencia repudiando la conducta del malhechor.

¿Quién puede no hacerlo? Nadie. Nadie puede defender ni justificar un hecho de tal naturaleza que tiene todos los condimentos para ser catalogado como delictual, por lo tanto corresponde la condena y el pedido de investigación profunda para que se conozca la trama, las ramificaciones, y todo lo conexo de lo que claramente va mucho más allá de Lopez.

Tan más allá de José Lopez o Lázaro Baez está la corrupción que expresan, en la medida se pruebe que el dinero es producto de ilícitos, que está enraizada claramente en el sistema. Existe, sin ninguna duda una corrupción que es estructural, que va mas allá de los partidos políticos.

Porque cuando nos preguntamos respecto de Lopez, ¿de quién es la plata?, la misma pregunta corresponde nos hagamos respecto de la que pudo haber pasado por las trece o más sociedades offshore de Macri, nada menos que Presidente de la Nación; la que se fue del país de la mano de Prat Gay, nada menos que Ministro que maneja el destino de la polítcia económica, a través de las 4000 cuentas del HSBC; o la que el presidente del Banco Nación Carlos Melconian que muy suelto de cuerpo ante millones de televidentes confiesa tener dinero no declarado en paraísos fiscales.

Corresponde la misma pregunta ¿de quien es la plata que Macri, Prat Gay, Melconian, y tantos otros escondieron? También aquí debieramos convertir esos miles de millones de dólares que entre los nombrados y lo más granado del empresariado argentino tiene ocultos, en asignaciones universales para graficar mejor su volumen para los comunes mortales.

Porque ¿cual es la diferencia entre Lopez, Macri, Prat Gay, Melconian y compañía?

La única diferencia es que López no tuvo el asesoramiento técnico ni la sagacidad de los otros. El muy torpe de Lopez aparentemente intentó enterrarla. Se puso en topo para hacer un pozo y esconderla. Mientras que los otros recurrieron a los más altos y capacitados equipos de la corrupción estructural que permiten ocultar el dinero mal habido fuera del país, sin aparentemente dejar rastros ni andar de madrugada cargando ridículamente bolsas con plata.

Claro que no es esto lo que vemos en este momento en la prensa. La prensa, como parte de la sociedad, parece que tuviera como aceptado que los sagaces, los vivos, los que la hacen bien, pueden hacela. Y hasta, como el caso del Presidente, se lo presenta como un acto altruísta que la desentierre de Bahamas y la traiga a la argentina. ¿Se entiende? Lopez pretendía enterrarla en un convento y es el símbolo mismo de la corrupción del gobierno al que perteneció. Mientras que el presidente del gobierno al que pertenece tuvo que reconocer, luego de negalo enfáticamente que la tenía enterrada en Bahamas, y nadie se pregunta ¿de quien es la plata que Macri tenía en ese paraíso? Es más, casi se le hace un homenaje por el desentierro.

¿Se entiende como los medios de comunicación manipulan a la sociedad? Ahora, pasan de Baez a Lopez, mientras se oculta el vaciamiento del país que no lo hacen topos en la madrugada, sino señores de alto nivel por intermedio de sofisticados mecanismos de la corrupción estructural que va más allá de todos los gobiernos, y que ahora da la casualidad que está instalada en la Casa Rosada en cabeza de su máxima autoridad, el presidente de la nación. Pero que estuvo siempre, porque los entierros en paraísos fiscales se hicieron antes de manejar las riendas del país. Muchos de ellos, durante el gobierno anterior, y no por ello se los denomina "corrupción K".

Finalmente ya que, los diez millones de dólares de Lopez se traducen 121 mil Asignaciones Universales por Hijo, digamos también el número que los 7.900 millones de dolares que la AFIP reclama solo por impuestos por las 4000 cuentas del HSBC y Prat Gay, que se traduce en 95 millones 590 mil Asignaciones Universales. Para ser justos.

Tampoco debemos pasar por alto que mientras se desentierran los millones de Lopez del convento y los de Macri de Bahamas, en el Senado se está sepultando la Justicia Independiente colocando jueces de Clarín y Macri en la Corte Suprema, y en Diputados  se esta enterrando el futuro de los jubilados argentinos, y resucitando el perdón para los que no tuvieron la torpeza de Lopez de enterrar el dinero mal habido aquí en la argentina.

Estamos en consecuencia frente a un nuevo show en el que se habla muchísimo, impostando gran preocupación por la corrupción, mientras se disimulan fenomenales saqueos al pueblo argentino y se ocultan las responsabilidades de gran parte de la dirigencia política y empresaria en el vaciamiento del país que avanza con bombos y platillos ejecutados por la prensa libre e independiente.

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