CAMBIO CLIMÁTICO. LA LÓGICA DE LOS DISCURSOS CÍNICOS
Hay una lógica global sobre el cambio climático. Y es que los países, y los hombres con poder de decisión, que más aportan a la contaminación, son los que hacen los discursos más rimbombantes en defensa del ambiente.
Pasa como con las armas y las
guerras. Los fabricantes de armas, aparecen como líderes de la defensa de la
paz, y hasta reciben premios como el Nóbel, pero son a la vez los mayores
fabricantes de guerras, porque la necesidad de superviviencia de su industria
de la muerte que gobierna, así manda.
Esto no significa que nosotros, desde
nuestro modesto lugar en el mundo demos rienda suelta a la contaminación y a
las guerras. De ninguna manera. Es importante optimizar el uso de nuestros
recursos para conservar el ambiente, y hacer de la paz una bandera que le dé a
nuestro entorno un ámbito de armoniosa convivencia.
En relación al ambiente y a fin de
atenuar el cambio climático, el hombre no necesita hacer grandes genialidades.
Lo que debe hacer es incidir lo menos posible en modificar las condiciones que
la naturaleza le dio al planeta. Aquí sería perfectamente aplicable, en boca de
la naturaleza, aquella expresión que dice "no necesito que me den una
mano, necesito que me saquen las dos manos de encima"
Pero el hombre con su inteligencia y
creatividad fue modificando lentamente esas condiciones naturales que se movían
con llamativo equilibrio. Desde ya que a la inteligencia, relativa en este
caso, y a la creatividad se fueron sumando los intereses, el mercado, los
abusos, el despilfarro, la falta de conciencia y finalmente los discursos que
cubren apariencias.
Son los discursos sin correlato con
los hechos lo saliente en toda esta perorata hueca, cínica y degradante para
quiénes la discursean, los que marcan está lógica de predicar moral con la
bragueta abierta.
Se hacen encendidas defensas del
ambiente con la boca, mientras con la lapicera se suscriben en el mismo acto
autorizaciones para contaminar el agua y el aire con todo tipo de productos que
están preparados para generar dinero en gran cantidad, y polución en varias
veces mayores volúmenes.
Se autorizan desmontes de miles y
miles de hectáreas con inusitado entusiasmo porque ni bien se firme ese
certificado de defunción del bosque y el suelo, inmediatamente hacemos una
encendida conferencia de prensa arengando frenar el cambio climático.
Gritamos a voz de cuello que el
calentamiento global debe ser detenido para preservar la vida en el planeta,
pero ni se nos ocurre mencionar que entre las razones más importantes que
producen el calentamiento global, esta la quema de combustibles fósiles, y la
tala y quema de bosques, porque ello va en contra de las sagradas reglas del
mercado que manda sacrificar calidad de vida para fabricar dinero.
Es importante que desde este rincón
del mundo levantemos nuestra voz entonces para pedir a quienes hacen estos
discursos, que los aten con lo hechos. Que se revise el modelo productivo que
obliga a cambios de uso de suelo mentirosos, autorizados sin contemplar en
absoluto el cuidado del suelo y el agua.
Que se cumplan los mandatos
constitucionales y legales respecto de la preservación de nuestros bosques a
perpetuidad mediante la explotación racional y la reposición por forestación de
las especies nativas.
Que pongamos sobre la mesa las
consecuencias graves que para el ambiente y la salud significa el modelo dominante de agricultura industrial con uso obligado, descontrolado y creciente
de paquetes tecnológicos desarrollados desde la lógica capitalista
productivista con sacrificio del ambiente y la salud.
Que las energías renovables pasen la
etapa discursiva y se conviertan en política de estado, fomentando su uso con
fines sociales no comerciales, apoyando concretamente con políticas y recursos
el desarrollo de tecnologías apropiadas para la promoción y masificación del
uso de estas energías, con aprovechamiento racional de recursos locales.
Que la tierra, como el agua y el aire
deje de ser mercancía. Que la tierra sea considerada y tratada como un bien social
que la naturaleza proveyó a todos los seres vivos para garantizar la vida y que
en consecuencia sea quitada del mercado inmobiliario al que solo acceden los
que más dinero disponen.
Si damos estos pasos y algunos más en
el mismo sentido estaremos hablando un poco más en serio de la preocupación por
superar el problema que el cambio climático acarrea para la humanidad toda,
pero como ocurre en este mundo desigual, mucho más para los pueblos más pobres.
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