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Plaza colmada de "clientes" según Vidal Mario |
A LOS COMPAÑEROS CLIENTES
Página 6 del Diario Norte del domingo 07 de julio de 2015. Una página
con dos notas muy interesantes, el editorial titulado “Reconocimiento
de la FAO a la Argentina” y la de Vidal Mario titulada “La
historia del clientelismo”. Invito leer las dos. Imperdibles.
El editorial dice entre otros conceptos, que América Latina y El Caribe
son la única región en el mundo que logró la meta de reducción del hambre
planteada. Entre los premiados están Argentina y Venezuela. Manifiesta además
que “estos datos esperanzadores y que hacen de América Latina campeona
mundial en la reducción del hambre se atribuyen a aspectos como el aumento de
la productividad agrícola, las inversiones agrarias, la protección social, la
voluntad política y el crecimiento económico inclusivo, que son pilares
principales para hacer de la erradicación del hambre, un objetivo primordial en
el desarrollo de los países” Termina el editorial “…más de 30
millones de personas han superado el hambre en América Latina y El Caribe en
los últimos 20 años, generando en el proceso un valioso repertorio de políticas
públicas que pueden servir como base para otros contextos y regiones…”
La síntesis editorial refleja una de las mejores noticias para los
pueblos de América Latina empobrecidos por décadas de políticas neoliberales
concentradoras. Y también deja muy en claro que el objetivo que se va
cumpliendo no es producto de la casualidad ni de antojadizos vientos de cola
que parece que solo soplan cuando hay gobiernos populares.
Sin embargo, en la misma página, al ladito nomás, está la nota del
prestigioso escritor y periodista Vidal Mario, que constituye una pieza
imperdible para el debate de la militancia, más si se la compara con la vecina.
Solo como introducción a ello, hago un breve comentario sobre su contenido.
Quede claro que no es para, ni tiene sentido polemizar con el autor, que
tiene todo el derecho a leer la realidad desde ese prisma. Aquí lo importante
es que los que somos considerados clientes tratemos de entender las razones,
motivaciones, estructuras mentales, preconceptos, y todo el bagaje de antis y
prejuicios que llevan al autor y seguramente a parte de sectores especialmente
de clase media alta, intelectuales y profesionales con formación académica y
posición económica a tener esa mirada de desprecio sobre la mayoría del pueblo
argentino. La polémica personal es irrelevante e inconducente ante esta enorme
contradicción que expone la distinción que reciben Argentina y Venezuela y el
furibundo ataque que el premiado escritor asesta a la inteligencia, dignidad y
capacidad de tantos argentinos para decidir de manera distinta a la suya, y
tratarlos tan despectiva y despreciativamente como una mercancía viva que se
ofrece al mejor postor.
Dice Vidal Mario que cuando el presidente de Venezuela Nicolás Maduro
convoca a una marcha, esta es masiva porque los que acuden son los clientes de
Maduro. Allí vincula a los “clientes” que dice formó Chávez,
con La Cámpora, “que no es otra cosa que clientelismo puro”. Allá
como acá van por esa moneda que son el chori y la coca, en la lectura del
autor. No está escrito, pero otra moneda seguramente es el embarazo por un
plan.
Seguidamente, emulando el estilo grondoniano –no el cliente de Blater,
sino Mariano, el amante del imperio- intenta una clase sobre el origen del “clientelismo”,
informando que se remonta a la antigua Roma en la que legiones de “pedigüeños” –hoy
y aquí seríamos los que apoyamos a Cristina y Maduro- dependían de alguien
poderoso que todas las mañanas les entregaba una moneda para que salgan a
gritar a su favor en la calle toda vez que éste lo necesitara. Esos serían
algunos millones que se hicieron visibles a partir de Néstor y Cristina y
participan de actos cuando la presidenta convoca, porque no quieren volver a desaparecer.
Dice textualmente don Mario que “Como si fuese otro código romano, esta
milenaria interpretación -es de suponer refiere a la suya- clientelar
sigue viva en muchos países latinos -seguramente en todos los
campeones del mundo que bajaron el hambre-, y en los últimos años se hizo
particularmente visible en países como Venezuela y Argentina”. Ataca
el autor con gran énfasis el modelo que redujo drásticamente el hambre en ambos
países, como si este arrimar Justicia Social hiriera las fibras más íntimas de
su conciencia humanista y cristiana.
Viene luego una mención del señor Vidal a la revolución francesa y a
Europa que dice entendió muy bien el mensaje de ese acontecimiento “para
acabar con el sometimiento del pueblo a los poderosos”. Además de olvidar
el saqueo a América Latina, en mi opinión habría que preguntarles entre otros
muchos países europeos a Grecia si están de acuerdo que se acabó el
sometimiento. Pero esa es solo una duda mía. Vidal destaca con inusitado
entusiasmo al Imperio Inglés que recientemente votó, y según dice, sin monedas,
choripanes, sin limosnas ni planes sociales lo que, afirma Vidal “eleva
al ciudadano a la jerarquía de patrón de sí mismo y de verdadero dueño de la
política de su país” Impresionante alegato a favor de la ejemplaridad
democrática del Imperio Británico, que lástima no se condice con la práctica ni
la conducta real, ni interna ni externa jalonada de despojos, piratería,
saqueo, opresión y crímenes de guerra.
Luego Mario se preocupa porque en la última concentración en Venezuela “mientras
sus numerosos clientes esperaban bajo un sol inclemente, el ex chofer de
ómnibus Maduro se encontraba aún en La Habana saludando a los trabajadores
cubanos en su día.”
Obsérvese como el Borges vernáculo al elogio de “clientes”,
suma la exaltación al digno trabajo de chofer del presidente -¿o no?-, para
finalmente destacar el gesto de saludar a los -¿comunistas?- trabajadores
cubanos. Todo muy en línea con lo nacional y popular y antidiscriminatorio.
Los clientes argentinos, estamos recibiendo, siete millones de nuevos
puestos de trabajo; tres y medio millones de nuevos jubilados; Asignación
Universal por Hijo que garantiza salud, educación y alimento a todos los niños;
miles de viviendas; asfalto; escuelas; hospitales; tecnología Ar-sat I;
Procrear; Progresar; autopistas. Y cientos de beneficios más. Todas las mañanas
recibimos estas monedas, y por ellas, gritamos bien fuerte que no queremos que
los que Vidal Mario nos propondría, nos den una mano. Si le pedimos por favor que
no intenten ponernos de nuevo las dos manos encima, como lo hicieron cada vez
que gobernaron los que nos despreciaron considerando que somos una mercancía y
que no merecemos nada.
Compañeros clientes estudiemos estas declaraciones con alto contenido elitista
no para combatir otras ideas y cambiarlas, sino para reafirmar nuestras
convicciones que la patria somos todos y que el que menos tiene y menos puede
es el que más merece. Y que todos tenemos derecho a estar, vivar y defender lo
nuestro y a los nuestros. Y si para ello se necesitan colectivos chori y coca
para que no solo puedan ir los de Puerto Madero y los que tienen auto, habrá
que también poner igualdad allí. Todo esto porque como es obvio, estan al
acecho los que buscan el retorno al pasado. Y tienen sus calificados escribas.
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