Hace veintiséis años que las comunidades indígenas esperaban se realice la mensura de la reserva grande y luego, solucionada la situación de los históricos ocupantes criollos, se titularice.
Pasaron varios gobiernos, de todos los signos políticos, ni un solo paso se dio en pos de este tema hasta que llegó la Gestión Capitanich, nuestra gestión.
Ahora que la mensura está terminada, y el avance hacia la concreción del título de propiedad es un hecho cercano, vaya casualidad, aparecen los que tienen todas las preocupaciones y cuestionamientos, y por supuesto todas las soluciones que se podían haber aplicado y que nunca aplicaron.
¿Quiénes son? Ni más ni menos que los responsables de la mora. Los que en lugar de traer soluciones saquearon las arcas estatales con vergonzantes negociados con las tierras públicas. Hoy, reconocidos oportunistas que bastardeando la política batallan por posicionarse en los medios para dirimir internas partidarias.
Pero en realidad, y el tiempo pasado es la mejor prueba, a ninguno le importó jamás este tema hasta ahora, que llegaron las respuestas.
Nunca hicieron nada, y ahora que nuestro gobierno lo hace, no pueden resistir a su resentimiento y tratan que no se concrete.
Aducen gastos excesivos cuando por la mensura de las ciento cincuenta mil hectáreas del interfluvio gastaron a valores actuales el doble de lo que se invierte en esta, que a su vez supera en dos veces la extensión de aquella. Prueba irrefutable de una conducta propia de farsantes y difamadores.
Y ni hablar de la descomunal carga de demagogia irresponsable que los llevó a entregar ese título con cientos de familias de criollos dentro sin previamente darle la solución que también merecían.
Por todo ello, creo que en esta ocasión el ejecutivo ha cometido un error. Y radica que prestarse al juego de esta farsa que es la convocatoria a la Cámara a dar explicaciones. Convocatoria hecha por quienes no tienen ningún interés en la realidad ni en tales explicaciones, sino que simplemente en su degradación desean salir a los medios a explotar la desinformación y fortalecerla para obstaculizar este logro de los pueblos originarios.
Prestarse a estas miserias de la política es en buena medida faltarle el respeto a quienes esperan de nosotros conductas responsables y constructivas, que cristalizamos dando respuestas concretas como ésta. Entonces no debemos caer en este juego de los que serpentean en ese submundo en el que se pavonea la insensatez bajo el reino de la hipocresía.
Sino, ¿porque nunca en todos estos años, jamás se convocó a nadie a la Cámara a explicar las razones por las que ésta mensura no se hacía?
Simple. Porque a ninguno es estos señores le importó ni la mora ni la problemática indígena. Y claramente sí les importa cuando las soluciones llegan. Lo que evidencia que aquí lo que preocupa a la oposición es que este gobierno dé respuestas. Y les preocupa porque en su estrechez no pueden ofrecer ninguna propuesta para mejorar sus chances electorales, por lo que necesariamente se obligan a obstaculizar acciones concretas como éstas de nuestro gobierno que reparan históricas afrentas a los derechos ciudadanos, de las que son principales responsables.
El lunes pasado, luego de una reunión el la Colonia Aborígen Chaco, las tres etnias de originarios expresaron su alegría por los conclusión de la mensura y esperan ansiosos y esperanzados la titularización para el año entrante.
Vaya paradoja, al día siguiente, el martes, el ministro de Gobierno, el presidente de Colonización, el Subsecretario de Defensa de la Democracia y un grupo de colaboradores, dando muestras de un exceso de tolerancia, perdieron horas de su valioso tiempo ante quienes pretenden cuestionar el motivo de la alegría y esperanza de aquellos, solo con fines de especulación política de la más baja estofa. Lamentable. Porque es evidente que éstos no expresan la voz del pueblo que les confió una representación que no ejercen.
Cabe perfectamente para estos señores, que asesorados por ociosos holgazanes todos ex socios en el saqueo están empeñados en obstruir y molestar, la anécdota que aconteciera entre un conocido y encumbrado personaje de la política y un grupo de mujeres que realizaban tareas comunitarias con gran esfuerzo y nulo apoyo de aquel.
Se dice que el personje, con la carga de oportunismo y la demagogia similar al de nuestros pésimos actores, y al circunstancialmente encontrarse en las cercanías, quiso saludarlas y obviamente capitalizar una imágen junto a las reconocidas mujeres solidarias.
Hacia ellas se dirigió y luego de saludar y deshacerse en elogios, inquirió: "Digan ustedes en que podemos ayudarlas".
Ante ello, la señora que lideraba al gurpo, pasados unos segundos de reflexión, le respondió: "Mire doctor, con que no nos molesten es suficiente".
Entonces, a los que generaron durante años problemas que hoy estamos solucionando con enormes esfuerzos, es válido que les pidamos que si algo de dignidad y respeto por las necesidades de la gente les queda: por favor, con que no molesten será suficiente.
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