BASTA DE AMEBAS IDEOLÓGICAS EN LUGAR DE MILITANTES
Se supone que a la política se
llega tras ideales que se pretenden cristalizar. Y se llega a ocupar algún
cargo después de hacer infantería militando siempre, y durante mucho tiempo.
Quienes recorran ese camino,
difícilmente se vean envueltos en estos vergonzantes hechos que hoy vivimos en
el Chaco. Porque trabajarán para un modelo de país, para un proyecto colectivo,
no al servicio de algún capanga que pretenda manejarlos como marionetas.
Por eso, la responsabilidad de
los dirigentes en la conformación de sus equipos y en la nominación de
candidatos a cargos electivos es enorme, y vinculante con los resultados.
Porque quién elije a sus colaboradores debe tener la más absoluta certeza de su
lealtad, no personal, sino en especial con el proyecto político que se
sostiene. Y cuando se equivoque, debe correr con la responsabilidad.
Hoy parece que los responsables exclusivos
y excluyentes de todo son los detenidos. La dirigencia que los puso en
semejantes cargos, y les dio la posibilidad de manejar –según parece-
discrecionalmente fondos públicos, y que nunca vio nada irregular, no tiene
nada que ver.
Es más quienes los encumbraron,
reciben apoyos importantes de parte de la dirigencia de nuestro Frente,
expresiones de solidaridad, y hasta se destaca que se diga que se ofrecerá a la
justicia todo lo necesario para la investigación. Con lo que se los coloca casi
como víctimas y héroes.
Se supone que con esto se
pretende frenar el oportunismo opositor del tipo Aída Ayala, pero en el fondo
también nos hace funcionales a que nada cambie. A que en un tiempo repitamos la
historia.
Quedaron en el arcón del olvido
las enseñanzas de Perón que decía por ejemplo “El
Peronismo es esencialmente popular. Todo círculo político es antipopular, y por
lo tanto, no es peronista. El peronista trabaja para el Movimiento. El que en su nombre
sirve a un círculo, o a un caudillo, lo es sólo de nombre.”
Es evidente
que estamos en manos de un círculo que le dio la espalda al peronismo habiendo
llegado en su nombre.
Prueba de ello es que la prensa nacional, al no poder
vincular el caso con Jorge Capitanich, activó un blindaje al desaparecer el
tema de todos los grandes medios nacionales. Se le da el mismo trato que a la corrupción
del gobierno nacional: silencio.
Mientras aquí, como
otras veces cuando estamos con los huevos en la morsa, recurrimos a Jorge
Capitanich para que nos cubra con un manto piadoso de salvataje. Ya no es
Capitanich el pasado. Ya no es el kirchnerismo de la pesada herencia. Ahora vuelve a ser el gran compañero, el líder.
Deprende de Capitanich
privilegiar un supuesto y siempre mal usado latiguillo que “lavar la ropa sucia
en casa” que siempre terminó en olvido, o aportar a deputar de raíz las
estructuras partidarias de oportunistas que de peronistas muestran tanto como
Macri de conocimiento de historia. Cuidado con confundir entonces, generosidad con aporte a salvar a los que nos hunden.
Bueno sería que cada
quién se mantenga en su posición. Los que adhieren al macrismo se conformen con
la impunidad que éste les pueda brindar, y los peronistas avancemos en mayor
democracia interna, más respeto por la doctrina y los altos objetivos del peronismo
que jamás será funcional a Cambiemos como con impactante desfachatez llegaron a
acusar los que hoy están tras las rejas a compañeros que nunca estuvieron de
acuerdo con estas estructuras lavadas de ideales, valores y principios.
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