LOS PARTIDOS LLORAN SU INCOMPETENCIA
La decisión del Vicegobernador a
cargo del Ejecutivo de llamar a elecciones para las fechas que considera
convenientes es criticada desde casi todos los ámbitos y partidos.
Que este llamado es a medida de
fulano; a conveniencia de mengano; que es en contra de éste o para forzar a
aquel. Nadie cree en los argumentos de Bacileff Ivanoff. Es obvio que la
práctica, que la mayoría de los dirigentes le impusieron a la política, y que es la
inconducta de decir lo que se quiere que la gente escuche, pero hacer otra
cosa, esa que nos convenga a nosotros, llevó a esto. Pocos le creen a otros pocos en el reino de la hipocresía y la simulación.
Pero tan grave como esto es la
desaparición de los partidos. No existen.
Hombres que gobiernan en nombre
de partidos, ungidos por esos partidos en sus boletas, celebrados como
candidatos por ellos con cantos, marchas y recordación lacrimógena de la
historia, gobiernan como les da la gana ignorando totalmente esta estructura
básica de nuestro sistema democrático.
¿Tiene el partido algún control
sobre lo que le ofreció al electorado y comprometió cumplir?
Ninguno. Es más, muestra una
penosa expresión casi sollozante al decir: a nosotros nos tomó por sorpresa;
nadie nos consultó.
Se dice que la decisión de
Basileff está en el marco de sus facultades. Que no es partidaria sino institucional.
Correcto a medias. No se ajusta a la lógica de un sistema republicano que el
gobernador tome decisiones de trascendencia como lo es la oportunidad de
realización de comicios sin un mínimo consenso general, pero especialmente con
quienes lo ofrecieron para llevar adelante el plan de gobierno de su partido. Lo
estamos confundiendo con un patrón, amo, faraón o rey. Él puede, y no necesita
consultar a nadie, es la deformación a corregir.
Hoy el PJ llora su impotencia producto
de una dirigencia y conducción absolutamente divorciada de la política. Lo
políticamente correcto en estos tiempos es andar bien con quien lidera y tiene
poder. Hay una disputa cabeza a cabeza entre: sí, ok, de acuerdo, y perfecto,
por quién es la más pronunciada entre la dirigencia. Siempre nos limitamos a
escuchar, aplaudir y ver si calzamos en alguna lista. Y ahora nos quejamos. ¿De
qué?, si siempre estuvimos de acuerdo que el que manda no se equivoca y decide
todo.
Y Basileff manda, y decide. ¿Y
por qué no? Si siempre fue así.
Si queremos modificarlo en serio,
dejemos de chupar medias y buscar acomodos personales y pensemos en política. Pongamos
las instituciones por delante y las mezquindades allá, y entre las
instituciones abramos los partidos para que hablen ellos, para que no sean solo
un sello sin alma, sin ideología, sin propuestas, sin injerencia en la vida de
la democracia. Para que dejen de ser el trampolín para tomarlo y cerrar sus
puertas. Para que dejen de ser sedes, domicilios legales o fábricas de roscas, y pasen a transformarse en ámbitos de debate,
discusión, construcción, formulación de propuestas y control de su ejecución.
Mientras esto no ocurra, Basileff
hará lo que le plazca, como fue antes y como será después, y no tiene la culpa. Más la tienen los que lloran su incompetencia, inmadurez e irresponsabilidad política.
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