Aportes para la
elaboración de un Proyecto Productivo para el Chaco
(Primera Parte)
1-Breves comentarios históricos
1-Breves comentarios históricos
2-De la Agricultura Familiar Horizontal a la
Industrial Concentrada
3-Contexto global
1- Breves
comentarios históricos
1.1.
Colonización
por inmigración
Durante la primera mitad del
siglo pasado (1900-1950) se produce la mayor inmigración hacia el Chaco.
Se forman colonias en tres
cuartas partes del territorio provincial. Los nuevos campesinos, en su mayoría
europeos provenientes de regiones en permanente guerra, escasa tierra y gran
miseria, son atraídos por la tierra y la paz abundantes en América.
Una porción importante, en
general de origen campesino en su tierra, fueron ubicados en nuestra provincia
en lugares aptos para la agricultura.
A los primeros grupos,
llegados en los primeros años del siglo pasado se fueron sumando familiares y
amigos, quienes aún en Europa, recibían noticias de la abundancia de tierra y
comida en la Argentina.
1.2. Estado
El estado aportó tierras. En
general no más de 100 hectáreas por familia. Tierras que mayormente cubiertas
por monte ofrecían en promedio 30 hectáreas de pampas libres para el cultivo.
También llegaron como aporte estatal algunos arados mancera (de mano tirados
por bueyes) rudimentarias sembradoras, cultivadoras y semillas de algodón.
No hizo falta más para
quienes corridos por las guerras y el hambre y la falta de tierra encontraron
en este suelo paz, saciedad, y abundante tierra para cultivar.
1.3. Allá, hambre. Aquí, disparábamos de la comida…
Uno de aquellos primeros campesinos
arraigados en el Chaco, agradecido por la generosidad de este maravilloso suelo
decía: “Allá la escasa tierra y las
permanentes guerras hacían que lo poco que había se lo llevaran los ejércitos,
amigos o enemigos, porque había que alimentar a los combatientes. Las familias
quedaban sin nada una y otra vez. Así crecimos. Rascando con nuestras manos la
poca tierra en busca de raíces para comer y no morir de hambre, hasta que nos
sangraban las yemas de los dedos. Cuando pudimos, nos subimos a los barcos,
casi con lo puesto y con el estómago pegado al espinazo. Llegamos a la
argentina. En Buenos Aires al hotel de Los Inmigrantes, a los pocos días
partimos hacia el Chaco al encuentro de algunos parientes
y paisanos que nos precedieron. Otro mundo. De las apretadas montañas y el frío intenso, al calor abrasador y a la interminable llanura cubierta de bosques.
y paisanos que nos precedieron. Otro mundo. De las apretadas montañas y el frío intenso, al calor abrasador y a la interminable llanura cubierta de bosques.
El desarraigo y el dolor por quienes quedaron allá, quizás para siempre,
se vieron mitigados por el impacto que producía la seguridad de nunca más tener
hambre. En el monte y la llanura crecía todo, frutos y animales silvestres al
alcance de la mano. Allá moríamos de hambre, aquí disparábamos de la comida,
cuando mientras arábamos las pampitas nos sorprendía una piara de cien o más
chanchos gargantillos, lo que nos obligaba a subir al árbol más cercano. En
ocasiones, y cuando no teníamos carne de algún otro animal, desde la altura
matábamos uno y teníamos carne fresca y sabrosa para compartir con los vecinos.
¿Hambre? ¡Jamás!”
1.4. Otros tiempos. La autosatisfacción del consumo con
trabajo y dignidad.
Otros tiempos y otra forma
de vida. Una vida en la que las necesidades alimentarias eran holgadamente
satisfechas con el trabajo diario de la familia en la producción para el
consumo familiar, paralelamente a la actividad productiva comercial.
En aquellas colonias de los
años 50/60 por ejemplo, en cada chacra la casa era construida por sus
moradores, primero rancho de palo a pique y enchorizado de barro, las que
luego, ahorrando peso sobre peso, se transformaron en viviendas de
material, algunas verdaderas mansiones para aquellos tiempos y también para los
actuales. Ni materiales, ni chapas, ni jornales, ni Plan Trabajar, ni Programas
de Entrenamiento Laboral (PEL), ni PEC, ni becas, ni mucho menos Ayuda
Alimentaria, ni nada de parte del estado, que ya había entregado tierra y
algunas herramientas. No era el estado inclusivo, solidario y contenedor de
hoy.
Solo trabajo, trabajo y más
trabajo familiar. Y ahorro, deseos de progreso, y una clara escala de
prioridades. La comida, la escuela y la vivienda estaban antes que cualquier
lujo. Esto en chacras pequeñas, trabajadas por la familia e incorporación de
mano de obra extra exclusivamente para las carpidas y cosechas en algunos
casos. El Ministerio de Desarrollo Social al que se recurría era la tierra. La
tierra proveía y provee toda la comida necesaria. Solo exige trabajarla, para
que ella nos devuelva todo lo que le pidamos.
Casas rodeadas de frutales
tales como naranjas, mandarinas, peras, granadas, duraznos, manzanas verdes,
higos, naranjas amargas para dulces, con sus quintas de una hectárea en la que
no faltaba lechuga, acelga, repollo, tomates, zanahorias, rabanitos, maíz para
choclos, zapallos, sandías, pimientos, cebollas, ajo, perejil, parrales con
uvas, diez cajones de abejas, cien o más gallinas, patos, pavos, guineas, etc.,
etc. Además de un número suficiente de ovejas, chivos y cerdos para el consumo,
como así también unos pocos vacunos para la obtención de abundante leche y la
entrega de tanto en tanto de uno al carnicero de la zona para luego retirar
carne por un cierto tiempo. Habiendo leche nunca faltaba manteca, quesos de
distintos tipos, dulce de leche, y lo que fue la
avanzada de los actuales yogures. Con la miel sobreabundante se hacían refrescos y una bebida espirituosa producto de la fermentación. Las frutas que no se consumían frescas se transformaban en dulces que se almacenaban para el consumo anual. Las ovejas cuya carne se aprovechaba fresca o se ahumaba como el cerdo, proporcionaban también la lana que los chicos lavaban, secaban y cardaban para colchones y almohadas.
avanzada de los actuales yogures. Con la miel sobreabundante se hacían refrescos y una bebida espirituosa producto de la fermentación. Las frutas que no se consumían frescas se transformaban en dulces que se almacenaban para el consumo anual. Las ovejas cuya carne se aprovechaba fresca o se ahumaba como el cerdo, proporcionaban también la lana que los chicos lavaban, secaban y cardaban para colchones y almohadas.
Poco y nada se gastaba en
comida. El consumo familiar era satisfecho en un 90%.
Así criaron a sus hijos, sin
carencias alimenticias de ningún tipo y con una obligación indiscutible: ir a
la escuela, estudiar, instruirse, progresar.
1.5. Plagas, pérdidas, más trabajo, solidaridad y
progreso.
Se enfrentaron a
persistentes, grandes y destructoras plagas, eran muchas, pero vale recordar
dos:
La primera de ellas la
constituían las langostas, que cubrían los horizontes y tapaban el sol.
Verdaderas nubes que oscurecían el día más espléndido y también el promisorio
futuro. Cuando hambrientas se lanzaban sobre los campos en busca de su
alimento, que no era otro que el fruto del trabajo de nuestros mayores, dejaban
la tierra yerma... el trabajo rudo con bueyes y arados mancera… la esperanza
puesta en esas melgas se hacían añicos en un instante... Resuena aun en algunos oídos el sonido que
producían las langostas comiendo las tiernas plantitas de algodón hasta dejar
solo interminables hileras de desnudos palitos. En memoria y retinas quedaron
para siempre las imágenes de la desesperación de los mayores, hombres y mujeres
corriendo campo traviesa agitando trapos y gritando en el vano intento por
evitar la catástrofe. Y su regreso a casa usando en casos el mismo trapo para
secar las lágrimas por el enorme esfuerzo esfumado. Luego de perder toda la
siembra, y sin dejar ni llevar el arado para cortar rutas y mendigar dádivas
que dañan la dignidad propia, redoblaban el esfuerzo, madrugaban más y
prolongaban las jornadas para recuperar lo perdido. Y de esa manera, en muchos
casos con la ayuda solidaria de vecinos, parientes y amigos que habían tenido
la suerte de no perder lo suyo, se impusieron también a las dificultades
ocasionadas por esta terrible plaga que podemos llamar depredadora natural.
1.6. Organización, unión y progreso. Las cooperativas.
Pero estaba la otra, la
depredadora humana. La constituían las multinacionales que acopiaban el fruto
del trabajo ajeno para beneficios propios. Pagaban el producto a su antojo…
Tampoco en esas circunstancias cortaban
las rutas o iban a pedirle a gobernadores
o presidentes soluciones, con algunos que habían hecho, quizás, hasta
cuarto grado, acá o en Europa,
algunos analfabetos y otros semianalfabetos
comenzaron su lucha, y demostrando que cuando hay dignidad y fuerza de trabajo
se derriban los más fuertes muros,
conformaron la más importante herramienta para aquellos tiempos de
explotación por parte de poderosos monopolios: las cooperativas agrícolas; que con el paso del tiempo
llegaron a ser verdaderos emporios que enfrentaron a los grandes y poderosos compradores "depredadores intelectuales y materiales". Así con inteligencia y organización se protegieron mutuamente de la rapiña corporativa. Propusieron el COOPERATIVISMO, frente al tenaz y despiadado corporativismo. Idearon el trabajo grupal, en respuesta al individualismo que separa y hace presa al hombre de quienes medran con el esfuerzo ajeno. En las cooperativas discutieron entonces ellos los precios, las compras, los créditos, y todo otro trámite que signifique ayudar y ayudarse. Jamás pensaron en pedir dinero al gobierno y mucho menos en pedir con la esperanza de no devolverlo, todos sabemos íntimamente y con absoluta certeza, que nuestros padres y abuelos consideraban una ofensa recibir dinero y no devolverlo, eso jamás, a pesar de las adversidades, las plagas, las pérdidas totales o parciales, las carencias. Se elevaban por sobre todo y en forma personal o grupal buscaban las soluciones. Siempre con el sudor de su frente. Esa es la cultura que debemos tratar de recuperar: la del trabajo y la dignidad.
llegaron a ser verdaderos emporios que enfrentaron a los grandes y poderosos compradores "depredadores intelectuales y materiales". Así con inteligencia y organización se protegieron mutuamente de la rapiña corporativa. Propusieron el COOPERATIVISMO, frente al tenaz y despiadado corporativismo. Idearon el trabajo grupal, en respuesta al individualismo que separa y hace presa al hombre de quienes medran con el esfuerzo ajeno. En las cooperativas discutieron entonces ellos los precios, las compras, los créditos, y todo otro trámite que signifique ayudar y ayudarse. Jamás pensaron en pedir dinero al gobierno y mucho menos en pedir con la esperanza de no devolverlo, todos sabemos íntimamente y con absoluta certeza, que nuestros padres y abuelos consideraban una ofensa recibir dinero y no devolverlo, eso jamás, a pesar de las adversidades, las plagas, las pérdidas totales o parciales, las carencias. Se elevaban por sobre todo y en forma personal o grupal buscaban las soluciones. Siempre con el sudor de su frente. Esa es la cultura que debemos tratar de recuperar: la del trabajo y la dignidad.
El cooperativismo se
constituyó en una herramienta de libertad, independencia y progreso, por
consiguiente asestó un duro golpe a los monopolios explotadores que se quedaban
con el grueso de las utilidades. Es por eso que la dictadura, brazo armado de
las corporaciones, se ensañó con ellas de tal modo que sus dirigentes y
defensores fueron perseguidos a sangre y fuego.
1.7. Un caso testigo
Antes del desguace del
sistema cooperativo a partir de 1976 mencionaremos un caso testigo comprobable.
Entre los años 1953 y 1963,
tiempos de monocultivo de algodón, durante los primeros tres años un pequeño
productor, amplía su vivienda de 50 a 100 m2; construye un pequeño galpón de 5
x 10 metros para herrería y guardar herramientas y algunos insumos; compra un
tractor para dos surcos con 20 años de uso; adquiere una camioneta con 17 años
de uso. A partir del tercer año manda a sus dos hijos a colegios privados de
Saenz Peña pagando mensualmente el costo del internado que implicaba estudio,
cama y comida. Simultáneamente ahorra para al décimo año comprar una vivienda
en Saenz Peña de 100 m2 cubiertos sobre terreno de 315 m2 en esquina a 4
cuadras el actual hotel Gualok.
Todo esto cultivando 30
hectáreas que era la pampa libre de un lote de 100.
Hoy se estima que no son
rentables chacras de menos de 200/400 hectáreas. Y que para hacer lo que hizo
este productor con 30 has., y con una sola cosecha anual, hoy se necesitan no
menos de 500 has., y entre 2 y 3 cosechas anuales.
Algo pasó entonces.
Y lo que pasó es que
intervienen en las actividades agropecuarias otros actores que se llevan la
parte más importante de la renta como veremos más adelante.
1.8. Principales etapas de los procesos dados en el sector agropecuario argentino.
El proceso de gran desarrollo de las relaciones
capitalistas en la producción agraria se producen entre 1970 y 1980,
particularmente a partir de 1976.
1.8.1.
Entre los años 1850-1930 de
desarrolló el llamado proceso Agroexportador
de Mercado Libre basado en la exportación de carnes y granos de origen
pampeano y en las regiones del interior, como la nuestra, fuertemente
especializadas (monocultivos) y orientadas al mercado interno con, yerba,
algodón, caña de azúcar, vid y tabaco.
1.8.2. Entre 1930 y 1990 Se
consolida el desplazamiento del sector agropecuario por el industrial como
motor de la economía, etapa denominada de Sustitución
de Exportaciones. Se consolida el movimiento cooperativo especialmente
entre los años 1946 y 1955.
1.8.3. De 1990 en adelante, la
globalización llega fuertemente a la agricultura dando lugar al modelo Agroenergético Exportador . A partir de
1970 ya la zona pampeana históricamente dominada por la ganadería se
agrculturiza irrumpiendo la Agricultura Industrial de mano de los Pooes de Siembra
ligados a los Fondos de Inversión.
2. De la Agricultura Familiar horizontal a la
Industrial Concentrada.
1.1. En 1900 la incidencia de
insumos industriales en la agricultura era de no más del 10%, todo el resto
provenía de la producción del año anterior.
En esta etapa los pequeños
productores se relacionaban con el gran comprador que era Inglaterra por medio
de grandes comercializadores, frigoríficos, transportes por tren y barcos,
todos con dependencia inglesa.
1.2. Desde 1960 los insumos
industriales trepan al 50%. El marco de referencia del pequeño productor cambió
respecto de la etapa anterior. Irrumpen los grandes operadores norteamericanos,
los precios se fijan en Chicago, los bancos comerciales ofrecen préstamos, los
fabricantes de maquinarias ocupan un espacio importante dentro de los paquetes
tecnológicos, pasando EEUU con el Plan Marshall a ser el que fija las reglas.
1.3. En 1980 ya llega al 60% esta
incidencia, y sigue subiendo. Esto, que está motivado por la compra de semillas
industriales, agroquímicos, fertilizantes, maquinaria y equipos de una siempre
nueva generación, asesoramiento profesional, almacenamiento, previo acopio,
acondicionamiento, secado, etc., todo en silos contratados a grandes empresas
acopiadoras, incrementándose los de préstamos contra hipotecas a bancos en
general de origen extranjero y de los mismos grupos económico financieros.
Los pequeños productores –el 90% del
total- no controlan bancos, acopios, semilleros, agroquímicos, fertilizantes,
logística de transporte, barcos, hidorvías, puertos, bolsas de comercio de
exportación, en consecuencia están atrapados en esta red que interviene cada
vez con más presión sobre sus utilidades.
Si bien el desarrollo de nuevas tecnologías impulsó un
incremento en la producción por hectárea, paralelamente elevó los costos de tal
manera que determinó un incremento notable en la superficie a cultivar como
unidad económica rentable.
La semilla híbrida y los transgénicos, propiedad del
capital concentrado, han puesto en un puño la conducción de la producción
agrícola mundial, por encima de los estados.
Las nuevas condiciones que esta Agricultura Industrial
impone significan una elevación de los costos de producción:
1-El desarrollo genético de las semillas y su propiedad
por parte de pocas empresas –transnacionales- implica dependencia, y un aumento
de los costos.
2-Los agroquímicos y las maquinarias apropiadas que
imponen para su uso, en permanente desarrollo y actualización, elevan costos.
3-Los fertilizantes cada vez más necesarios dada la
presión sobre el suelo, y como para los agroquímicos, la innovación en
maquinarias para su aplicación también suben costos.
3-El control de humedad del suelo al que las variedades
de semillas son sensibles requiere y requerirá de sistemas de riego que también
serán mayormente provistos por la misma industria concentrada provocan aumento
en los costos.
4-Por último, la cosecha programada genéticamente
requiere de maquinarias también en permanente innovación, obligando a cíclicas
inversiones con el consiguiente incremento de costos.
Este modelo, con fuerte intervención de la Industria en
la agricultura fijando pautas, sistemas y dominando el mercado son las nuevas
reglas con objetivos claros: aumentar la producción, orientarla, imponer
condiciones, y reducir actores para maximizar utilidades.
Quizás aquí ya podamos tener una idea de por qué aquel
productor de más de medio siglo atrás podía hacer tanto con 30 hectáreas y los
cambios que ahora imponen que para el mismo resultado, con la enormidad que
avanzó la tecnología y la ciencia, se necesitan diez veces más tierra, o solo
uno por cada diez productores de aquel tiempo.
Se observa desde hace años un aumento sostenido año a
año del volumen de la producción agrícola. Paralelamente han ido desapareciendo
pequeños y medianos productores, lo que constituye una contradicción que tiene
su explicación en la apropiación de gran parte de la renta por parte de los
Actores Industriales que irrumpieron en la agricultura. El estímulo que ha
fijado quien a nivel planetario planifica roles en atención al interés de la
gran industria y el capital, ha sido para la producción de cereales y
oleaginosas. Este impulso determinó el corrimiento de la frontera agropecuaria
y en la región pampeana históricamente ganadera, su desplazamiento por parte de
la actividad agrícola. Obviamente todo de la mano de los Paquetes Tecnológicos
– híbridos, siembra directa, fertilizantes, agroquímicos- que han determinado
una nueva escala en el tamaño de mínimo de tierra en producción por productor.
Menos productores con mayor cantidad de tierras llevó a la concentración de la
tierra ya sea por acceso a la propiedad o por el uso por arriendo a pequeños
productores que quedaron por debajo del “predio rentable” y se ven impelidos a
arrendar.
Para
absorber el aumento de costos que la irrupción de la Agricultura Industrial
Concentrada determinó, se hace imprescindible la disminución del número de
productores simultánea al aumento de superficie cultivada por productor.
El elevado
aumento de los costos de producción por hectárea determina la inviabilidad de
aplicación de los paquetes tecnológicos por parte de productores de
cien/doscientas hectáreas porque la renta que obtiene el productor por
hectárea, al compartir gran parte de lo producido con la Industria, es
absolutamente insuficiente. Tampoco este productor está en condiciones de
acceder a créditos, los que están para productores con mayor volumen.
La Gran
Industria, para sostener su nivel de ingresos debe compartir utilidades con el
menor número de actores posible. 1.000 productores sobre 100.000 hectáreas (100
por productor) imponen una distribución de utilidades entre 1.005 socios si se consideran
5 Grandes Industriales.
50
productores sobre 100.000 hectáreas (2.000 por productor) determinan que se
reduce a 55 actores el reparto de la renta potenciando geométricamente la
utilidad de la Gran Industria.
3. Contexto global.
Si alguien
cree, llevado por el mensaje “las ideologías han muerto”, que el gobierno
planetario es imparcial, desideologizado, neutral y cándido, comete el mismo
error que quienes creen que la política es cosa de los demás.
Todas las
decisiones que mueven al mundo están impregnadas fuertemente de posiciones,
miradas y decisiones con alto contenido ideológico. Y eso es muy bueno. Lo que
no es bueno es ignorarlo y no comprender la orientación de esas ideologías y su
impacto en la vida y la muerte de los pueblos.
El modelo
vigente en un mundo gobernado por los intereses, no considera la cuestión
social desde el punto de vista humanista. Su mirada como en cualquier ecuación
materialista es economicista, rentista, insolidaria, individualista y
concentradora. Grobopatel, un exponente de la avanzada concentradora lo dijo
con gran sinceridad y claridad: “déjennos trabajar, que nosotros les vamos a
dar de comer a los pobres” Esto es: entréguennos las tierras, los créditos,
sáquennos los impuestos, y nosotros vamos a producir. Los demás que esperen su
bolsa de comida. Eso es una definición con alto contenido ideológico.
El
desarrollo de los pueblos del mundo a partir de la globalización profundizó las
desigualdades. Un 20% de la humanidad, consume el 80% de los recursos en
términos energéticos. Ese mundo, pequeño, consume el 85% del papel, el 79% del
acero y el 80% del parque automotor. Está claro quién manda, quién trabaja para
sobrevivir, quién vive en la opulencia, y quién alimenta el consumo obsceno de
quién.
El resto de
la humanidad, un 80%, entre los que estamos nosotros, que vive con el 20% de
los recursos, tiene prohibido desarrollar tecnología, ni investigación, ni
ciencia. Por eso durante la dictadura cerramos fábricas y en los 90 mandamos a
los científicos a lavar los platos. Porque la tecnología, la ciencia y la
investigación son acciones subversivas con la osada pretensión de modificar el
status global vigente.
Por eso el
poder económico financiero especulativo mundial le declaró la guerra a la
argentina. Porque repatrió a sus científicos, porque reabrió sus fábricas,
porque sancionó leyes de tercera generación, porque desarrolló tecnología y
porque decidió desendeudarse, pagar y liberarse. Claramente el gobierno
argentino actual subvierte el orden global establecido que impone todo lo
contrario. Los fondos buitres son peones de ese poder. Paul Singer es un alfil
y sus 1.200 millones son lo de menos. Como lo son los 120.000 millones que nos
caerían encima si hacemos lo que haría el 90% del arco opositor político
argentino si logra que le coloquen los piolines de marioneta por los que están
saltando como renacuajos. El poder global viene por 50/100 años más de
dependencia, de sumisión, de saqueo y explotación. Viene y quiere aplastarnos para
que no seamos el mal ejemplo del tercer mundo demostrando que ya no queremos
ser el carbón que alimente las usinas que iluminan a ese pequeño grupo que
llevó la obscenidad del consumismo al extremo que una familia rica de esos
países ricos consuma en un día lo que una familia pobre de Argentina consume en
un año.
Por eso,
porque el enemigo no cesa en su intento por seguir sometiéndonos, y para
liberarnos, necesitamos 20 años más de gobierno nacional y popular. Solo así
podremos consolidar ésta Soberanía e Independencia en construcción.
Y el modelo
productivo está inmerso en el medio de esta estrategia de dominación, y
claramente es parte de lo que tenemos que revisar para descolonizarnos y
fortalecer nuestro enorme potencial.
Producir
Commodities es el límite impuesto.
Producirlos
con tecnología desarrollada, patentada y provista por el poder económico
financiero global.
Entregarle
la producción a los mismos grupos económico financieros que tienen montada toda
la red de transportes, acopio y exportación.
Recurrir a
los bancos del gran poder para conseguir el financiamiento que demandan las
nuevas tecnologías para no quedar fuera del sistema.
Para ello es
imprescindible la colonización que imponga al modelo como lo único posible,
eficiente y sensato. Objetivo que se ha logrado en gran medida y es la razón
por la que prácticamente no se aborda la problemática desde su verdadera raíz.
Pues, no es
cierto que esto sea lo único posible, mucho menos que sea sensato y eficiente.
Al
contrario, hay alternativas que pongan el acento en la ecuanimidad entre las
relaciones trabajador-estado-capital-consumidor, que contemplen en primer lugar
al hombre como colectivo social y centro de las políticas, que sea la equidad
la que se imponga en la distribución de la renta y que los beneficios sean para
productores y consumidores. El modelo está al servicio de un pequeñísimo grupo
que ni siquiera es argentino. Los productores, los profesionales, los técnicos,
que creen tener cierto éxito con este modelo productivo porque cambian de
camioneta cada dos años, se equivocan porque es la carnada por la que van a ser
sacados mañana de la pecera que tendrá otros pececitos menos consumidores y más
activos.
El
neoliberalismo, desde Thomas Malthus y sus teorías catastrofistas y apocalípticas
plantea la reducción de la población mundial, siempre pensando en la lisa y
llana eliminación de pobres, por hambrunas y pestes, o por control de
natalidad, más desatención a la salud.
La brutal
agresión al medio ambiente, y el cambio climático en curso traerán
consecuencias inevitables e importantes en la producción primaria. Y ya se
perciben en la permanente necesidad de mayores ingredientes químicos. Otras
crisis energéticas obligaran a rediseñar estrategias de desarrollo industrial y
también transportes en sus distintos usos en todo el planeta. Los países
imperiales intentarán descargar todas las consecuencias negativas de las
acciones de las que son mayormente responsables, sobre los más pobres,
igualmente se cierne sobre el imperio norteamericano la crisis y se avecina la
declinación del modelo civilizatorio anglosajón.
Una nueva
época se acerca sin lugar a dudas. Un grupo está montado en el tren que
comienza a transitar una descontrolada carrera, y aunque sigan bailando
desenfrenadamente emulando a los de la cubierta del Titanic, el destino no es
más promisorio que el de aquellos.
Un nuevo
orden es inexorable. Nosotros podemos estrellarnos como furgón de cola del tren
de la fiesta final. O los sectores políticos, académicos, intelectuales, científicos,
tanto de argentina como de toda Latinoamérica deben proponer un modelo
alternativo dando especial contenido a un pensamiento de construcción colectiva
donde el centro del escenario de todas las acciones lo ocupe el hombre,
desplazando a la renta. Y pensando no como individuos, sino como colectivo
social. Solo así podremos diferenciarnos del fracaso del unimundialismo, del
neoliberalismo individualista y excluyente, y de buena parte del cientificismo
mundial sometido, que llevaron a que la miseria de los países pobres y el
despilfarro criminal de las minorías ricas sean dos caras de una misma moneda,
que no pueden explicar.
4. Aportes para el debate por un modelo latinoamericano popular y revolucionario.
Se hace necesario liberar la mente de ataduras y preconceptos. Es imperioso descolonizarnos y recuperar la enorme capacidad creativa para ponerla a rodar hacia un nuevo paradigma socio productivo.
La producción agropecuaria garantiza alimentos.
Sin embargo, paradójicamente, el modelo imperante tiene dos víctimas destacadas: productores y consumidores.
Los primeros son mayormente expulsados del sistema por falta de rentabilidad, y los segundos pagan precios exorbitantes por los alimentos que producen aquellos. Ya explicamos más arriba las razones de esta contradicción. En el medio hay actores que se quedan con la renta.
Hay una multiplicidad de acciones macro que debemos discutir, y logrado el consenso impulsar como marco de ese nuevo paradigma.
1.1. Nacionalizar el Comercio Exterior. Terminando con la especulación y garantizando la provisión de alimentos para la población. Recuperar las Juntas de Carnes y Granos.
1.2. Recuperar un elemento estratégico para el estado como lo es el ferrocarril, sacándolo del beneficio exclusivo actual para el capital concentrado que se queda con los beneficios de esta enorme inversión estatal.
1.3. Crear una flota mercante latinoamericana en acuerdo con países del Mercosur/Unasur potenciando el Astillero Rio Santiago y avanzando en la estrategia de uso de la Hidorvía Paraguay Paraná que beneficia a Brasil, Bolivia, Paraguay, Argentina y Uruguay, con la enorme ventaja de la alta navegabilidad de ambos ríos.
1.4. Semillas y agroquímicos. Este sector está dominado por seis empresas, Monsanto, Syngenta, Dupont, Dow; Basft y Bayer.
El estado por intermedio del Conicet, Inta, Inti, y Universidades debe desarrollar y ser el único propietario de los bancos genéticos y de germoplasmas, realizando investigaciones y desarrollando nuevos productos, como semilla y agroquímicos que luego puedan ser multiplicados por sistemas asociativos con participación de los productores. Para ello debemos impulsar las leyes de Semillas y Agroquímicos con un amplio debate e intervención decisiva de los pequeños productores organizados para evitar distorsiones que las tornen inservibles.
1.5. Una nueva ley de Entidades Financieras es imprescindible para fortalecer la banca estatal y cooperativa a fin de terminar con la especulación financiera y poner el capital al servicio de un modelo productivo inclusivo y horizontal.
1.6. Transformación, valor agregado y distribución de alimentos. (Desarrollar)
SIGUE…
Recuerden que debemos promover participación. En consecuencia empezar por cada uno de nosotros. Hagan su crítica o aporte como comentario en este mismo espacio o al correo: estebanbrancocapitanich@yahoo.com.ar
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