miércoles, 16 de julio de 2014

Bergia dando clases de trasparencia acompañado por "Pepe"
Moreno, condenado por delincuente confeso.
MÁS SOBRE TIERRAS, PERO SIN BOSTA

Decía en mi nota anterior que la cuestión de las tierras productivas merece un debate serio y profundo, sin fuegos de artificio. Que debemos ir a la cuestión de fondo y no seguir discutiendo lo que algunos pretenden como cortina de humo.
El debate es si las tierras pueden seguir siendo privatizadas y por lo tanto puestas al mejor postor. Y si la alta concentración que la Constitución manda remediar va a seguir profundizándose junto a la expulsión y exclusión de los productores más pobres y sus hijos. Vuelvo para hacer un humilde aporte.

La actual ley 2913 que regula la entrega de las tierras fiscales rurales, da un medio cumplimiento al mandato constitucional de “…trasformar los latifundios y minifundios en unidades económicas de producción…”, porque en su artículo 58 expresa “…declárase de interés provincial la erradicación del minifundio en todo el territorio de la provincia.” Y en el art. 40 dispone “…una vez otorgado el título, no podrá subdividirse… la subdivisión debe ser expresamente autorizada por el poder ejecutivo provincial, previo informe favorable del organismo de aplicación…” Esta disposición legal es correcta para evitar la expansión de los minifundios y se respeta.

Ahora bien, ¿Qué les pasó a los legisladores de aquel tiempo con los latifundios?. En principio lo mismo que a todos los que les siguieron: miraron para otro lado porque esta misma Ley en el Capítulo I-De los Latifundios, artículo 57 dice: “…podrán ser declarados de utilidad pública y sujetos a expropiación…aquellos inmuebles particulares que no se encuentren técnica y racionalmente explotados…”. Claramente no dio el coraje para como en el caso del minifundio mandar: “…declárase de interés provincial la erradicación de latifundio en todo el territorio de la provincia.”. Tampoco el valor estuvo cerca de disponer que toda anexión de tierras a las ya poseídas por el propietario sea sometida al análisis del organismo de aplicación a efectos de evitar la expansión de los existentes latifundios, como si se legisló para el minifundio.

Frente a tanta tibieza y falta de compromiso, en nuestro proyecto proponíamos en el artículo 51: “…Declárase de interés provincial la erradicación de latifundio en todo el territorio de la provincia.” Y agregamos en el artículo 52: “…el estado tendrá por medio del organismo de aplicación la facultad indelegable de intervenir en todas las transacciones de tierras privadas rurales, autorizando su comercialización y reservando para el estado la prioridad de la compra en todos los casos, evitando de tal modo la expansión de los latifundios, la excesiva subdivisión, la extranjerización de la tierra y apropiación por parte de las sociedades mercantiles expresamente prohibidas por la Constitución…”

Hay mucho más para agregar, y seguramente habrá otras propuestas e ideas, pero repito, para ello tenemos que elevar el debate por sobre este serpenteo que algunos intentan como el caso de uno de los que convirtieron la Cámara de Diputados en un garito y guarida, el diputado Bergia.

El diputado Bergia se calzó el sayo hasta los tobillos. Se sintió tocado por mi –casi tangencial- mención de su propensión al alojamiento de delincuentes en la Cámara de Diputados. Hecho este que no puede desmentir aunque lo quiera eludir o disminuir su gravedad diciendo que la relación del condenado fue “cortada en el mismo momento en que se conociere su situación judicial.” Pues, y como no tiene ningún apego a la verdad, miente. La situación judicial del delincuente la conocían con mucha anticipación, y más aún cuando éste confesara su delito bastante tiempo antes de la sentencia, pero no lo ha despedido hasta recibir un oficio judicial que le ordenó echarlo porque la sentencia incluía la prohibición para el ejercicio de cargos públicos. Pero bueno, no esperé yo nunca conducta y verdad de Bergia.
Y aclaro que si vuelvo a mencionar a Bergia no es porque tenga interés en su inferioridad, es simplemente porque creo que es válido para que tantos jóvenes que se han sumado a la política en estos doce años de cosecha de derechos para las mayorías, también tengan ocasión de ver cuáles son los espejos éticos y morales en los que no deben mirarse para la construcción colectiva que estamos transitando.

Los “Bergia” son parte de lo que Perón definiera alguna vez en su charla con don Andrés Framini cuando éste le planteara:‘...mire general, varios voceros que hablan y actúan en su nombre o que usted aparentemente avala, están trabajando para ellos mismos, solo para sus proyectos personales. Son funcionales al enemigo....y hasta parecen cómplices...’, Cuentan que Perón, luego de escucharlo decir con nombre y apellido los personajes que denunciaba Framini, le respondió: ‘Don Andrés, conozco mucho de lo que me cuenta y varias cosas más, pero vea lo sólidos que son los edificios que se construyen con ladrillos, y sabe de qué están hechos los ladrillos?...de barro y de bosta...’; a lo que don Andrés le habría respondido. ‘Sí mi general, pero no con tanta bosta...’ Claramente Perón y Don Andrés se referían a los “Bergias” de aquel tiempo, y cuánta razón les asistía.

Espero que la próxima sea solo sobre la preocupante problemática de las tierras productivas, sin estas inconsistentes intervenciones de quienes han hecho de la política un coto de negocios.
                                                                       

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