viernes, 6 de junio de 2014

¿ES ÉSTE EL ESTILO?

Ante el pedido de licencia por parte del gobernador Capitanich, se dijo que el gobernador a cargo iba a conducir con otro estilo.


Ahora bien, ¿estos hechos muestran un estilo o en realidad se trata de un cambio radical de la política?

Sin dudas que no es una cuestión de estilo. 

Los hechos que se vienen sucediendo, -y llamo a no olvidar la brutal represión de febrero a los originarios de Pampa del Indio, la cacería encabezada por el fiscal Sorabella y celebrada por el Procurador Jorge Canteros- muestran con absoluta claridad que estamos ante un giro total en la política que tienen sin lugar a dudas origen en la raíz ideológica de quienes conducen los destinos del gobierno. 

Entre los compromisos políticos en la campaña de 2007 asegurábamos no caer nunca en las brutales represiones del rozismo como la de Puerto Vilelas, también garantizábamos diálogo y consenso para que jamás en nuestro gobierno se ignore a los pueblos originarios como lo hiciera el de Nikisch torturando sin diálogo durante 33 días sin permitirles siquiera apagar la luz durante las noches en el cuarto piso de la Casa de Gobierno. 

Y lo cumplimos durante los primeros seis años dialogando y acordando. En perfecta sintonía con el Proyecto Nacional que conduce Cristina. Ello permitió que tanto los pueblos originarios organizados como algunos movimientos sociales dieran un salto en inclusión y dignidad produciendo y construyendo viviendas por ejemplo.

Ahora resulta que a partir de éste nuevo perfil ideológico que conduce y que pobló el gobierno de funcionarios manifiestamente enemigos del Proyecto Nacional y de la presidenta, estos mismos pueblos originarios y movimientos sociales pasan a constituirse en grupos despreciables con los que no se dialoga ni acuerda. Típica postura de mentalidades totalitarias, excluyentes, retrógradas, perimidas y vergonzantes para cualquier movimiento político democrático filosóficamente humanista y solidario.

Un punto preocupante es el silencio de la mayoría de la dirigencia del Partido Gobernante -el Frente no existe más- ante esta clara traición al voto popular que en las elecciones pasadas aprobara masivamente la política, y el estilo si así se quiere llamar, de los primeros seis años. No votamos ni dos políticas, ni dos estilos. Votamos la continuidad de lo que veníamos transitando. En consecuencia compañeros, acompañar en silencio esta traición no es ni más ni menos que sumarse a ella. 

Esperemos que en las reuniones de este fin de semana del PJ, deje la dirigencia de pensar con mezquindad en el aparato y los cargos y fije posición exigiendo que nuestro movimiento retorne a la senda del dialogo y la construcción colectiva que comprenda a todos los sectores sociales. Que vuelva a encolumnarse con el Proyecto Nacional y con la presidenta Cristina. Y que fije con claridad el concepto elemental del sistema de partidos, que impone a éstos la responsabilidad de la fijación de las políticas que ejecutarán los dirigentes que lleve en sus boletas y su irrenunciable deber de ser custodio y contralor de la ejecución de las mismas evitando de tal modo delirios feudales y totalitarios como los que estamos viviendo.

Compañeros, demostremos coraje y conciencia que el movimiento está por encima de los hombres.

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