EL PJ Y EL FCHMM, ¿ESTÁN DE ACUERDO CON ENTREGAR EL GOBIERNO
Y TRAICIONAR EL VOTO POPULAR DE 2011?
El silencio del PJ, para el que
pareciera que el único fin de su existencia es repartir algunos cargos, y decir
“sí señor” ante quién conduzca, resignando así su responsabilidad como
herramienta de construcción de políticas y custodia de su ejecución, lo pone en
la situación actual en la vereda opuesta a la historia del peronismo.
Más, es indigna e impropia de peronistas comprometidos con la historia de defensa de los derechos de los trabajadores y de oposición a todo tipo de represión y violencia contra el pueblo. Ésta conducta de tolerancia cómplice con un cambio radical de rumbo en nuestro gobierno que pone en riesgo no solo la seguridad de los chaqueños, sino el futuro en función de la degradación acelerada y pérdida de confianza que implica esta estafa al electorado, es claramente una traición al mandato de las urnas.
Más, es indigna e impropia de peronistas comprometidos con la historia de defensa de los derechos de los trabajadores y de oposición a todo tipo de represión y violencia contra el pueblo. Ésta conducta de tolerancia cómplice con un cambio radical de rumbo en nuestro gobierno que pone en riesgo no solo la seguridad de los chaqueños, sino el futuro en función de la degradación acelerada y pérdida de confianza que implica esta estafa al electorado, es claramente una traición al mandato de las urnas.
¿Se preguntan los compañeros dirigentes
del PJ que invocan a la compañera Evita como habría calificado ella esta
conducta de un gobierno supuestamente peronista? ¿Qué diría la compañera al ver
que las banderas de defensa de los trabajadores y de repudio a los represores
las hemos puesto en manos de otros que las alzan frente a nuestro gobierno?
¿Se preguntan los compañeros del
PJ si es éste el gobierno que votamos en 2011? No. Claro que no votamos esto.
Lo que votamos es 2011 es la continuidad de un gobierno que reconstruyó en
cuatro años una provincia saqueada, pero también votamos una forma de
relacionarnos, de tolerarnos, de comprendernos, y en especial de dialogar para resolver los
conflictos con consenso y pacíficamente. Eso es lo que votamos.
Y lo que hoy está viviendo la
provincia, no es para nada el gobierno que votamos. Y que nadie pretenda una
estupidez colectiva haciendo creer que aquí ha habido simplemente un cambio de “estilo”.
Lo que aquí está ocurriendo es que de aquel gobierno que votamos ya no quedan
rastros. Ni tolerancia, ni diálogo, ni consenso ni paz, solo autismo agresivo, garrote
y balas. La pérdida de autoridad es tan violenta como enorme el autoritarismo
con el que se la confunde.
Ahora, no solo es culpable quién
desde la oscuridad de un pensamiento retrógrado, hace de la intolerancia, la
soberbia, la prepotencia, la amenaza y la violencia desde el estado, un “estilo”
de gobierno. No. El mayor responsable es el partido que ungió la fórmula para
gobernar de 2011 a 2015, y que tiene la responsabilidad irrenunciable de ser
celoso custodio del cumplimiento no sólo de las políticas concretas propuestas,
sino y especialmente del rumbo que veníamos transitando en cuanto al respeto a
la pacífica convivencia y los derechos ciudadanos y humanos. Este silencio cómplice
que se sostiene desde el Partido Justicialista y de los harapos del FCHMM, solo
por irresponsable especulación no es otra cosa que traición a la historia del
peronismo, a los que votamos en 2011 y 2013 otra cosa, y al Proyecto Nacional y
Popular que cambió la argentina siempre en el marco de respeto. La contradicción
más extrema, y que evidencia la ruptura de lazos es que en la década de mayor
cosecha de derechos de la historia argentina, este, nuestro gobierno se levanta
con inusitada brutalidad contra el ejercicio de no pocos de los que hemos
cosechado gracias al peronismo.
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