MANIOBRAS DISTRACTIVAS Y AGENDA REAL
No fue magia sosteníamos en los años de gobierno popular ante el fenomenal avance de la redistribución de la renta. Hoy las corporaciones, en las antípodas ellas de aquellas políticas inclusivas, hacen magia para distraer a los empobrecidos de la dura realidad y así profundizar el saqueo y la concentración de la renta.
Todos los días fijan
temas de agenda que nos ocupen. Y es necesario, en este escenario de
prostitución mediática, que estemos presentes advirtiendo que daremos todas las
batallas que sean necesarias para exponer el crimen social en ejecución. Pero
que tenemos nuestra propia agenda de cara al futuro.
Más, nuestro frente de
lucha debe ser amplio. A la agenda distractiva como es la permanente referencia
a la corrupción siempre referida al gobierno anterior, tapando con ello
sociedades offshore, dólar futuro, los 70 mil millones del correo, los 150 mil
millones dados a las corporaciones agroexportadoras y mineras, la trasferencia
vía aumento de tarifas de decenas de miles de millones a las empresas del
poder, el vaciamiento de Aerolíneas Argentinas para entregar sus rutas a los
aviones de Macri y sus funcionarios, entre tantísima fenomenal corrupción
desguazando el estado, debemos contestar en su medida justa con la realidad,
pero paralelamente plantear nuestro proyecto de país. Planteando la necesidad
de no dejarnos llevar por la distracción. Sabemos que la crisis que el gobierno
plantea con los docentes tiene varios objetivos. Uno distraer. Otro favorecer
la educación privada. Por eso no tienen interés en ninguna solución. El futbol
para todos es otro globo que nos mantenga ocupados.
Propongamos nosotros
otro país para el período que inexorablemente se viene.
Otra justicia sin
patrones. Otra educación para la liberación y no para la dependencia. Otro sistema
financiero y bancario al servicio de la producción, la industria y el pueblo y
no de un grupo de banqueros. El comercio exterior en manos del estado para
beneficio de las mayorías y no de un pequeño sector corporativo. Propongamos una
reforma política con eje en la participación popular y los partidos como base
de las plataformas de gobierno y control partidario y social de su cumplimiento.
Propongamos los cambios
estructurales que no pudimos hacer en los exitosos años pasados. Hablemos de
educación como prioridad uno con cambios sustanciales tales como que los
docentes rendirán en las universidades públicas un examen de ingreso y cada
tres años su actualización. Deserción escolar cero a partir del segundo año de
gobierno. La no concurrencia de niños a la escuela implicará responsabilidad
solidaria de padres y docentes del área de cobertura de la escuela.
Hablemos de replantear
el sistema de salud. Propongamos que el primer año de gobierno se evaluará con
equipos interdisciplinarios formados por profesionales de universidades
públicas el abordaje territorial de la salud a fin de garantizar los
profesionales, asistentes y medicamentos necesarios en cada zona sanitaria. La
atención primaria tendrá garantizados recursos humanos y materiales,
incorporando el control social del funcionamiento.
Propongamos el debate
sobre producción con eje en la Agricultura Familiar, en la producción de
alimentos y su transformación con agregación de valor en origen que sean la
base de un nuevo Modelo de Desarrollo Social, Productivo, Industrial y de
Comercialización que garantice alimentos sanos y rentabilidad.
Hablemos de un nuevo
modelo industrial en el que sean prioridad los emprendimientos industriales de
capitales locales y entre ellos los cooperativos con apoyo estatal en toda la
provincia para la transformación de la producción primaria en origen. A cuyo
efecto serán considerados estratégicos para el desarrollo local garantizando el
estado la compra al sector del cien por ciento de sus necesidades y
promocionando la exportación.
Con toda la capacidad
ociosa de las cooperativas propongamos un modelo de distribución de bienes y
servicios en los que el estado intervendrá activamente para eliminar las
distorsiones monopólicas en la distribución de alimentos, medicamentos y todos
los artículos de primera necesidad. Para ello, con las Universidades Estatales,
la Agricultura Familiar, las Cooperativas existentes, las que al efecto puedan
crearse y las Organizaciones Sociales, activar la Producción, Transformación,
Industrialización y Distribución de alimentos, asegurando el presupuesto
necesario para la puesta en funcionamiento del sistema con monitoreo permanente
y en tiempo real de los organismos de control. Eliminando la innecesaria
intermediación, garantizando alimentos sanos, rentabilidad para productores,
salarios dignos para trabajadores y precios justos para consumidores.
En definitiva
propongamos seriamente con leyes y si fuera necesario planteemos una reforma
constitucional para que el modelo de país popular y revolucionario no sea
confundido con éste de las corporaciones neoliberales con el que estamos
batallando desde hace décadas y que permitió que en la elección pasada muchos
argentinos entendiera que votar a uno u otro daba lo mismo.
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