ESTA DEUDA SE PAGARÁ CON TERRITORIO
Si alguien cree que Macri Presidente es una ocurrencia cool de un grupo de chetos de Recoleta, se equivoca. Macri fue electo primero por quienes desde las alturas de la geopolítica global miran hacia los suburbios del mundo.
Ellos fueron quienes
eligieron a quien ejecutaría sus políticas, porque este proyecto no se reduce
al saqueo que llevan adelante con los recursos del país Calcaterra, Caputo,
testaferros de Macri, y unos cuantos más, todos ligados a esta ceocracia
gobernante. Ese es en realidad el vuelto que los dueños del mundo, permiten cobren
sus mandaderos, sin beneficio de inventario.
El verdadero proyecto
excede nuestras fronteras. Tiene que ver con la geopolítica, esa que define
desde la opulencia y el hartazgo, quienes son los pocos que ganan en el mundo,
y quienes están condenados al hambre y
la miseria por generaciones. En esos centros de poder, como Davos por ejemplo, se
diseña la buena vida de unos y los padecimientos, sacrificios, pesares,
catástrofes, pestes y muerte de otros. Y votan solo los calificados, con el
aval de invitados que se presten, como el cipayaje Argentino actual, a
legitimar con su penosa presencia la condena de sus pueblos.
Cuando de duda externa
se habla, en general se toma el tema casi como un debate sobre ideas económicas
y estrategias para impulsar las inversiones y el crecimiento. Pero en el fondo,
cuando se apuesta al endeudamiento, en realidad las inversiones y el
crecimiento son la zanahoria, las escusas que el poder global usa para
objetivos mucho más profundos y gravísimos. Porque las inversiones y la deuda,
como un combo no feliz para los que corren tras la zanahoria, nunca llegarán a
sembrar bienestar más que entre los que en esta tómbola cargada siempre ligan
“toma todo” frente al “todos ponen” de los entregados por su dirigencia
entreguista y traidora.
Perciben los nobeles de
la paz que no es bueno, más allá del magnífico negocio para la industria
armamentista, seguir tirando bombas por el mundo para dominar territorios. Y
como el capitalismo se reinventa y tiene poder creativo, hace mucho tiempo que
las deudas externas son misiles, y serán bombas atómicas que permitirán anexar
territorio sin disparar un solo tiro convencional, y con toda la legitimidad
que dan las transacciones hechas por los países víctimas, y a la luz del día.
Aunque el objetivo sea la noche más oscura para esos pueblos pobres con
territorios ricos.
Como la memoria es
virtud y no pecado como nos quieren hacer creer, vale recordar que allá por
2001, hasta ahora, solo hasta ahora, la crisis más profunda que atravesara
nuestro país, los Clarines del poder global, como el New York Time y la revista
Time, sugerían, casi como un acto de bondad, que la Patagonia Argentina,
desierta y abandonada, podía ser separada del resto del país y puesta como un
activo para terminar con el flagelo de la deuda. Esto es pagar con territorio. Téngase
presente el subsuelo, la plataforma submarina, las Islas Malvinas, la Antártida
y los pasos interoceánicos. Nada de eso se menciona cuando se la define como
“desierta y abandonada”, solo para quitarle valor.
Vamos de nuevo. No es
nuevo el interés del poder global que los estados nacionales puedan pagar su
deuda con territorio. Es muy viejo, por eso la promoción de endeudamiento con
que tanto enfatizan el FMI, el Banco Mundial y todos los buitres, tuvo siempre
como enemigos a los gobiernos, de Argentina y de todos los países del mundo, que
se negaban a tomar deuda. Perón en 1946 no permitió que Argentina sea parte del
Fondo Monetario Internacional. Y en 1953 canceló la totalidad de la deuda
externa. Poco después el poder global se sacó de encima a los cañonazos a
Perón, y una de las primeras medidas fue que Argentina “ingresara al primer
mundo”, igual que ahora, al FMI, y no solo eso, se incorporó al Club de París,
un club peculiar integrado por dos grupos bien diferenciados, los acreedores y
los deudores, hermanos gemelos de ganadores y perdedores. Una especie de
crucero para los primeros y un yunque como salvavidas para los segundos. Si,
adivinó, Argentina se aferró con inusitado entusiasmo al yunque, igual que ahora.
¿Usted ve alguna
similitud entre las políticas de Perón en 1946 y las de 2003/2015? Claro que
sí, todas. No al FMI, fuerte rechazo al endeudamiento, y desendeudamiento como
política de independencia y soberanía. También hay similitud en el bombardeo,
en este caso mediático para sacarse de encima al gobierno que se opuso al
proyecto global de sometimiento hasta niveles de hipotecar sin retorno ni
posibilidad de pago el futuro, lo que sí está ocurriendo ahora.
Todo para ir por el
objetivo final: cobrarse con territorio. ¿O alguien cree que es casualidad que las cabezas de playa
como Joe Lewis y Benneton sean apoyados como si fueran grandes patriotas y magnánimos benfactores por
Macri? No. Nada es casualidad, tampoco la represión a los Mapuches, ni los
guardias armados de Lewis, ni el encarcelamiento de Milagro Sala. Todo tiene
que ver con minar la resistencia popular preparando el camino de la ocupación
extranjera del territorio. Tampoco es casualidad que una de las primeras
medidas de este gobierno de mandaderos cipayos fue modificar la Ley 26.737
(Régimen de Protección al Dominio Nacional sobre la Propiedad, Posesión o
Tenencia de las Tierras Rurales) quitando restricciones al acceso de
extranjeros.
Mientras tanto nos siguen
entreteniendo con el “…se robaron todo…”, con la inestimable colaboración de
coristas de una murga a los que les dijeron que llegó el carnaval y se
aferraron a los pomos oficiales dando por muertos políticos a quienes expresan
la mayor convocatoria por parte de un pueblo que pudo equivocarse, pero que no
perdió la memoria.
¿Saben estos murgueros a
dónde vamos? Claro que saben, pero en los virajes de la elección perdida se les
cayeron los libros y ahora están leyendo al revés: Primero los hombres, luego…
De todos modos lo
importante no son estos especuladores, los flojos de ideales y lealtades, lo
importante es que nosotros, el pueblo, hagamos una lectura correcta de este
mundo que nos está llevando como ganado al matadero para apoderarse de nuestras
riquezas, para profundizar el despojo que tan bien describiera el genio de
Eduardo Galeano en Las Venas Abiertas de América Latina. Y que seamos capaces
de evitarlo abandonando absurdos alineamientos con el enemigo, con toma de
conciencia, con participación, con sentido de construcción colectiva por sobre
el individualismo que nos divide y hace manipulables.
Quede claro, o paramos
esto, o preparémonos para asistir más pronto que tarde a la mutilación de
nuestro territorio para pagar deudas que fueron contraídas con ese objeto.
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