SENADORES, VOTEN CON CONCIENCIA, QUE ES POLÍTICA, NO FISCAL.
Están siendo presionados los presionables y extorsionados otros para cambiar lo aprobado por abrumadora mayoría en Diputados. Que nadie le dé vueltas al asunto tan claro. Ni los gobernadores tienen derecho al facilismo de argüir que su provincia recibirá mil o tantos más millones menos porque una medida beneficie a los trabajadores. El problema sigue siendo la ausencia de federalismo y la profundización de la inequidad en la distribución de la renta.
El poderoso argumento de las corporaciones es el “bache fiscal”
que genera la ley. De falsedad absoluta además. Largo sería enumerar las
modificaciones que se proponen para acortar tal supuesto bache. El lector
interesado podrá encontrarlo en el proyecto aprobado.
La devaluación y la quita de retenciones le restó al estado 120
mil millones; por las mineras 3.300 millones. Se justificó esta brutal
transferencia de pobres a ricos diciendo que si el país se administraba bien y
no se robaba, sobraba dinero.
Todo indica que se administra peor y se roba mucho más. Porque se
argumenta la quiebra del país y las provincias si –lejos de que se cumpla el “en
mi gobierno los trabajadores no pagarán ganancias” se pone freno y límites al pago cada
vez de un mayor número de asalariados, solo se eleva el mínimo para evitar el
brutal castigo al pueblo que ya vio reducido su salario en no menos del 30% con
la devaluación y la duplicación de la inflación que ignoró otra promesa de
campana que decía “lo
más sencillo que tenga que hacer yo si soy presidente es bajar la inflación” pero la duplicó. Se anuncia una
debacle financiera catastrófica si este suave freno al saqueo se aplica.
El neoliberalismo tiene ese espíritu catastrofista cuando de
defensa de los intereses de las mayorías se trata. Lo tienen como argumento
para destruir suelos, ambiente y vidas en defensa de los intereses corporativos
concentrados en el campo de la producción, especialmente de commodities. Lo
tienen también en defensa de la inequidad en la distribución de la renta. La
catástrofe se avecina siempre que el beneficio sea hacia el pueblo, nunca
cuando vaya en su perjuicio.
¿Por qué? Porque a diferencia de gobiernos del campo popular que
tratan de colocar en el centro de la escena al hombre, ellos solo conciben la
renta. Por eso para ellos el problema es financiero. Saben que es falso. Pero
mandar un mensaje de catástrofe que se avecina es el modo de que el pánico
lleve a millones a entregar más y más. También lo saben.
Por eso no hubo catástrofe con 220 mil despidos, ni 1,4 millones
bajando la línea de la pobreza, ni con el cierre de 7 mil Pymes. Eso fue
simplemente un sinceramiento, acompañado lamentablemente por varios de ustedes,
y ha calificado como conducta indigna porque estaban obligados a evitarlo.
Ustedes no están para especulaciones de antecámara en las que prima la
conveniencia sobre la conciencia. Ustedes están para conducirse con apego a los
altos principios y valores que les marca su pertenencia al campo popular. Y esa
pertenencia obliga a no tolerar que sea el pueblo el que se haga cargo de
entregar su pan mientras una minoría construye mayores privilegios.
En realidad el problema es netamente político ideológico. El bache
fiscal que se aduce escasamente llega, sin considerar la necesaria aplicación
de impuestos a la renta financiera entre otras que no tributan, y que lo
reduciría en alta proporción, al 50% del que produjo la quita de retenciones a
los sectores de la economía concentrada. Es obvio que ni se menciona el
incremento en la recaudación que implicaría el vuelco al consumo de los 60 mil
millones que irían al bolsillo de los trabajadores. Solo en concepto de IVA e
impuestos provinciales sumamos 15 mil millones menos al supuesto bache
insalvable para la falacia oficial.
Por último señores Senadores, ustedes deben posicionarse como
defensores de los intereses colectivos y no como se escucha por ahí, en
“pagadores de costos políticos”, enorme falacia porque jamás habrá mayor costo
político que no mostrar firmeza en las convicciones en defensa del pueblo
trabajador. Deben pensar con mentalidad de estadistas, pero para eso deben
mirarse en algunos espejos nacionales y globales que les permitan comprender
que la historia está preñada de ejemplos. Que los hombres que trascienden su
tiempo es porque han tenido la visión, las convicciones, la fortaleza de
espíritu y la lealtad necesarias para actuar con apego a la palabra empeñada,
sin serpenteos, sin bastardearla en amañados argumentos para justificar la
claudicación ante cualquier ola de saqueo a los sectores nacionales del trabajo
y la producción por parte de la oligarquía y el imperialismo que la conduce.
Vuestra honra está en juego, porque la patria ni la mejor historia
de los pueblos se construyen con dirigentes que como veletas oscilan con los
vientos. Hace una semana entró a la galería universal de los que trascienden su
tiempo Fidel Castro. No teman mirarse en ese espejo, no teman, no se van a
contaminar. No se miren para volverse cubanos, menos comunistas. Mírense para
observar lo que es la coherencia, la entrega, la solidaridad, la lealtad al
cumplimiento de la palabra y el compromiso con la patria. Háganlo así no estén
de acuerdo con sus ideas. Quizás se sientan pequeños, es que todos lo somos
ante los trascendentes. Quien puede no sentir pudor frente a Evita, a Mandela,
o a Luther King. Hay otros, pero pongo estos, porque con abstracción de la
propaganda, de las campañas, de las deformaciones, descalificaciones y
fanatismos, muestra que cuando prima la solidaridad, la verdad, la lealtad y el
ejemplo, el pueblo honra a los dignos y los coloca en el sitial que les
corresponde.
¡Voten con conciencia! Con cobardes, acomodaticios y pusilánimes
no se construye una patria. Y aunque quizás a los menos no les importe, sepan
que la historia los juzgará.
No hay comentarios:
Publicar un comentario