¿SE LEGISLA EN EL CONGRESO, O EN UNA MESA CON SUSHI?
La Cámara de Diputados de la
Nación, votó por amplísima mayoría una ley que subía el piso para el cálculo
del impuesto a las ganancias.
En el Senado, estaban dadas las
condiciones para que ocurra lo mismo, sin embargo, comenzaron las operaciones
contra reloj para detener esa aprobación.
Primero los funcionarios del gobierno
y el propio presidente dejaron trascender que sería vetada esa ley. Luego
fueron haciendo cálculos, sobre los costos políticos de un veto semejante
frente a la fresca promesa del candidato Macri afirmando “en mi gobierno los
trabajadores no van a pagar ganancias”. Claramente el veto potenciaría el
carácter fraudulento con que esa frase baña y caracteriza la conducta del
presidente. Entonces vinieron las extorsiones a los gobernadores al decir van a
perder tantos millones porque no hay recursos para sustituir la baja en la
recaudación que implica que ese dinero vaya a los bolsillos de los
trabajadores.
Del insulto a colaboracionistas
travestidos, como Sergio Massa y Miguel Pichetto, se retornó a la vieja alianza
con sushi incluido y una nueva ronda con la CGT, todos permeables a “negociar
la gobernabilidad”, eufemismo con el que se disimulan otros objetivos, lo que
da como resultado un acuerdo en esas reuniones de carácter casi festivo.
Acuerdo que reduce el beneficio
para un sector de trabajadores respecto de lo aprobado en diputados, y todos
celebran. La CGT se muestra satisfecha con la pérdida, los gobernadores exultantes
porque recibirán más fondos –en este caso puestos otra vez por los
trabajadores- y el gobierno anotándose una nueva compra de voluntades para que
a nadie se le ocurra decir: miremos toda la película, no solo esta última foto
del proyecto de ganancias, y veamos cuales son los “baches fiscales” que
tuvimos con la baja de retenciones a mineras y agroexportadores, con los subsidios
a las grandes empresas proveedoras de servicios y los tarifazos, con la
devaluación, y barajemos de nuevo para que no sean los trabajadores el pato de
la boda. Bueno, de eso no se habla.
Tampoco se habla de esta nueva
modalidad legislativa fuera del Congreso. De las reuniones con los gordos
cgtistas y opo oficialistas salió la nueva ley. Ya los medios la dan por
aprobada tanto en Senadores como en Diputados. Con lo que la tan criticada
escribanía, arrancó con sus motores a toda máquina y la inmensa mayoría de
diputados y senadores son reemplazados por un grupo ceñido a la estrategia
neoliberal de no tocar los intereses de las corporaciones y ajustar hacia
abajo.
Los gobernadores, en términos
generales son la expresión de dirigentes formados en la especulación personal,
con escaso bagaje de contenido ideológico, con nulo espíritu de preservación de
los intereses colectivos estratégicos reales por sobre la coyuntura y las
urgencias económicas. Con desconocimiento de la historia que demuestra
claramente que los sumisos, los débiles de carácter, de capacidad de debate y
de resistencia a la opresión, acabaron siempre desprecidos por unos y por
otros.
Da pena escuchar durante un año
repetir todas las semanas latiguillos como que “estamos avanzando en destrabar
tales y cuales obras”, “valoramos la predisposición del ministro para gestionar
esto y aquello”, y así un año entero, y seguimos. No lo cree nadie porque los
resultados son contundentes. La mayoría de las obras estuvieron paradas nueve
meses, no se empezó ninguna nueva, las que se inauguraron, todas vienen del
gobierno anterior, sin embargo les hacemos el juego a los farsantes que nos
hablan de grandes inversiones mientras en el Chaco por ejemplo el Plan Belgrano
lo que nos dio como novedad es la mutilación del ramal Avia Terai Barranqueras
para mandar todo al puerto de Rosario. Y del gasoducto, nos quedamos con el caño
que pasa bajo suelo chaqueño si tirarse un solo gas, llevando todo para la
argentina rica de la pampa húmeda. Sin embargo, seguimos halagando a los
funcionarios que una y otra vez nos mienten.
Algún día cierta dirigencia se cargará entre otros valores, de dignidad, sinceridad, seriedad, y buscaré en algún viejo arcón del campo popular el valor de la palabra, su vínculo con la verdad y su inseparable relación con los hechos, para que no resulte ser lo que hoy es: la hija bastarda, prostituida por la manipulación de espíritus fláccidos, acomodaticios y vacíos de ideales y lealtades.
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