DE PARITARIAS LIBRES A UN BOLSON NAVIDEÑO
¡Vaya si cambiamos!
El encuentro en el que se acordó el “regalo”
de fin de año para los trabajadores del sector privado se llamó “Diálogo para
la producción y el trabajo”. Lindo título.
Por el gobierno participo todo el
empresariado, el que está en funciones públicas como los ministros y el Jefe de
Gabinete, más los industriales, la construcción, el comercio, los banqueros, y
por supuesto los terratenientes. Estos serían “la producción”. Especie de rara
avis ceooligárquica. Estuvo también el
nuevo Primer Triunvirato integrado por los próceres contemporáneos, Acuña, Daer
y Schmid.
Sí, no se ría, la crónica dice que estos
últimos estuvieron en nombre del trabajo. Es más, pudorosos, pidieron que las
cámaras no los tomen en primer plano para que no se note la expresión orgásmica
libidinosa desbordante en sus rostros, ante el fenomenal anuncio de la
ceooligarquía. Ojo no el del bolsón, sino el producido previamente a la entrega
de bolsones y que permitió la lluvia de bolsones.
Ministro de Trabajo Triaca: "Hemos hecho el máximo esfuerzo. Tenemos una
mesa de diálogo que encabeza la ministra (de Desarrollo Social, Carolina)
Stanley, pero cualquier otra novedad la comunicaremos en otro momento"
No se precisó
en qué semestre llegarían más novedades, ni que se serviría en esa mesa. Quizás
para reyes.
Jefe de Gabinete Marcos Peña: “los fondos que "puso en juego" el Poder
Ejecutivo para brindar el bono de mil pesos a cada familia que recibe la AUH y
a los jubilados que cobran la mínima, el gobierno de Cambiemos está
"haciendo un esfuerzo muy grande para los más vulnerables".
Quedó la duda
de qué lado jugó en el “esfuerzo muy grande”, la devaluación del 50%, la baja
de retenciones, la duplicación de la inflación, el aumento del 400% de las
tarifas y la negación de reapertura de paritarias. Si de los trabajadores, o de
los trabajadores. Es que los trabajadores presentes en la Mesa no podían
hilvanar palabras dado el trance multiorgásmico. No hubo pregunta, ni
repregunta.
Un momento de
honda emoción se vivió cuando Peña Braun conmovió al auditorio al expresar "el costo del sinceramiento económico
se enfrentó entre todos, poniendo el hombro y cuidando a los más débiles"
No pocos
recordaron en ese instante la licuación de sus pasivos en pesos y el
aceleramiento del corazón de los silobolsas con la devaluación; la lluvia de
inversiones en las cuentas bancarias de los empresarios del sector servicios.
Tampoco estuvieron ausentes los recuerdos de como se terminó con la “fuga de
capitales” que ahora, liberados del cepo de castidad, multiplicándose a viejas
tasas chinas, viajan al exterior con absoluta libertad.
Pero no paró
allí el Jefe de Gabinete. Habló del futuro, y adelantó el panorama para las
paritarias del año próximo: "En una
economía que va a crecer, con baja inflación, va a permitir discutir las cosas
de otra manera" Allí se produjo un cierto desconcierto. Los
empresarios celebraban porque con baja inflación no sería necesario bolsón de
fin de año. Mientras que el nuevo Primer Triunvirato sufrió un súbito “coito
interruptus” ante el posible aborto de futuros “diálogos” que les impidan
procrear sus fondos de obras sociales.
Para el sector
público no se prevé bolsón navideño. Aquí afloró el fuerte espíritu federal del
ceoempresariado gobernante en la voz de Alfonso Prat Gay quién solemnemente
sentenció "Somos muy respetuosos del
federalismo, es una discusión de cada jurisdicción"
En las provincias que aportaron votos para la gobernabilidad buitre, el endeudamiento
virtuoso y la lluvia de inversiones inversas –hacia arriba y afuera- mucha
gente ignoraba el motivo del lanzamiento de fuegos artificiales. Era la celebración
del federalismo conseguido con tanto esfuerzo y abnegación. ¿Bolsones? No, bolsones
no hay. Quizás en el noveno semestre. No se puede todo después de tantos años
de vivir como no correspondía.
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