SOBREPRECIOS EN EL MUNDO DEL REVES
Se dice que en el reino del revés el delincuente juzga al juez. Expresión con la que se grafica el absurdo en el que todo está invertido. Tan invertido que los delincuentes hacen de jueces supremos mientras políticos ladrones acusan a los dignos, a los hacedores.
En nuestra comarca y luego de más de una década de bastardeo de las instituciones algunos personajes se asumen cada vez con mayor claridad como exponentes de este patas arriba en el que dejaron la provincia. Los que hacen de jueces superiores con las patas arriba y la cabeza abajo se ven como la mejor justicia argentina. Claro, en tal posición, ella está a la altura de sus ojos, y sus dignidades. Para ellos allá arriba, justamente por estar bien abajo.
En ese mundo del revés, hubo quien vendió semillas de margaritas por girasoles. Y como premio y por ser fiel exponente de su piara fue diputado. Y como demostró talento, pasando de vivir de favores a poseer pomposa casa en pleno centro, presidió el cuerpo. Y al estilo del mundo del revés lo honró intentando construir un palacio multiplicando todo por diez.
Es la horda del Angel millonario del saqueo que con la cabeza en los pies y los ojos al ras del piso repta entre gigantescas obras buscando vicios. No los hallan, en ellos están todos. Todos en el fenomenal deterioro que con cinco mil millones de deuda nos sumieron. Todo sobreprecio, sobreprecio en obras de fantasía que desde el zócalo de sus conciencias y con la cabeza en los pies imaginan rascacielos.
Es la horda del Angel millonario del saqueo que con la cabeza en los pies y los ojos al ras del piso repta entre gigantescas obras buscando vicios. No los hallan, en ellos están todos. Todos en el fenomenal deterioro que con cinco mil millones de deuda nos sumieron. Todo sobreprecio, sobreprecio en obras de fantasía que desde el zócalo de sus conciencias y con la cabeza en los pies imaginan rascacielos.
Si quieren encontrar sobreprecios párense sobre los pies y revisen su propia historia. Empiecen por sus cuentas bancarias. Convoquen a sus testaferros. Cuenten sus rodeos. Pasen por donde vivían y comparen con el lugar donde viven. Comprobarán cómo servidores públicos se sirvieron de lo público para explicarse este fenomenal cambio del pasado modesto al presente ostentoso.
Todo sobreprecio. Sobreprecio pagado por miles de chaqueños empobrecidos que hoy están recuperando la esperanza, la confianza y la fe en un gobierno que demuestra estar de pie. Miles de chaqueños que no se dejarán engañar por las grotescas máscaras con que pretenden regresar los vividores del mundo del revés
No hay comentarios:
Publicar un comentario