El uso bastardo de la confianza que los electores depositan en los elegidos ha transformado erróneamente a la política en una mala palabra.
La política es el conjunto de acciones que mueve a las naciones por lo tanto tiene estrecha relación con el ejercicio del poder. Ejercicio que tiene un objetivo, destino y fin único: la búsqueda del bien común de las personas.
Además, siendo la política una rama de la ética, la que tiende a encausar los actos y las conductas humanas para discernir entre lo correcto y lo que no lo es, los hombres que se ofrecen para el ejercicio de las políticas de estado deben necesariamente ser éticos. De igual modo, los medios, instrumentos, estrategias y toda herramienta que se use para el logro del bien común, deben estar despojados de todo vicio que pudiera colisionar con el ejercicio ético del poder. No es aceptable la concepción maquiavélica de que el fin justifica los medios dado que un fin logrado por medios viciados será intrínsecamente malo por el vicio que conlleva.
En el sistema democrático el meollo de la cuestión está en los partidos políticos. Estos son los que en primer lugar deben velar por la democracia plena y pura, sin campañas de presión sobre sus afiliados; sin extorsión para digitar a determinados candidatos. Una parte del electorado tiene posición político partidaria tomada. Vota por determinado partido. En consecuencia merece que su partido lo respete postulando candidatos que tengan vocación por el ejercicio de la función pública y no grupos que se amparen en ese “piso electoral” para usufructuarlo en beneficio de sujetos o sectores mas preocupados por su futuro personal que por el bienestar general. Si para colmo estas prácticas contrarias a la ética infectan a la mayoría de los partidos, inevitablemente el futuro de las políticas de estado caerá en manos inapropiadas y serán objeto de manipulación en perjuicio de las mayorías que ingenuamente esperan el cumplimiento de las promesas electorales.
Estamos en las puertas de una elección legislativa determinante del futuro de la nación y la provincia. La oposición, y esta es otra deformación gravísima de la práctica política, hace todo lo que esté a su alcance para que el oficialismo fracase en función de gobierno.
La legislatura, en la que el arco opositor debiera ejercer el control de los actos de gobierno del oficialismo, apoyando aquellos proyectos y procesos que el ejecutivo produce propendiendo al bien común, y proponiendo responsablemente otros que tengan el mismo sentido, lo que en realidad hace, en esta profunda degradación en que nos encontramos, es evitar que se puedan cristalizar las políticas públicas efectivas y positivas proyectadas por el ejecutivo y propone proyectos que mas allá de su aparente bondad, pondrán en serio riesgo la estabilidad de las cuentas provinciales complicando la gobernabilidad y poniendo en riesgo la institucionalidad, lo que obviamente tendrá un impacto negativo en la imagen del oficialismo. Siendo éste el fin buscado, sin importar el sufrimiento y la miseria que pudiera provocar al pueblo.
Como el rasgo distintivo de la oposición no es la ética sino la hipocresía, se simula preocupación por los problemas reales de la gente, pero a poco de revisar conductas queda en evidencia que cuando tuvieron la oportunidad de gobernar, hicieron exactamente lo contrario. Valga como ejemplo de la indignidad reinante la cuestión del prorrateo tomando los últimos 10 años para la jubilación de los empleados provinciales. Hay constancias de asociaciones civiles que han presentado esta idea y proyectos durante los doce años del gobierno de la alianza. Las respuestas han ido desde ignorar el tema hasta afirmar categóricamente su inviabilidad dado que significaría el hundimiento financiero de la provincia. Hasta dos meses antes de las elecciones de setiembre del 2007 hubo gestiones con éstos resultados. Ahora bien, se acabaron las elecciones y el manejo de las finanzas provinciales cambió de mano. No más de dos meses después, el diputado Luis Verdún comenzó a recorrer la provincia convocando –con una descomunal desvergüenza- a docentes y jubilados blandiendo a los cuatro vientos el proyecto de prorrateo tomando los últimos 10 años. Ahora si era de estricta justicia. Ya no importaba el hundimiento financiero de la provincia. ¿O efectivamente importa, se desea y se busca el hundimiento financiero de la provincia? Si éste diputado, que por haber sido ministro nada menos que de educación es seguramente de lo mas presentable que tiene la alianza, es capaz de ser el vocero de semejante muestra de aniquilamiento de todo vestigio ético. Si es capaz de exponer sin pudor ante la sociedad tanta irresponsabilidad y miseria no caben dudas que estamos frente a una profundísima decadencia de quienes conducen la legislatura provincial, los que evidentemente en lugar de recuperarse del devastador ejemplo que dejó el diputado Urlich antes de refugiarse en el Congreso Nacional, lo tomaron como bandera.
No existe posibilidad alguna que esta alianza rozista que borró todos los rasgos democráticos, republicanos y éticos que podía mostrar la Unión Cívica Radical, tenga una actitud constructiva para el pueblo de la provincia.
Estas actitudes y ésta degradación hacen presagiar un aplastante triunfo del Frente gobernante en la provincia para la próximas elecciones Esta posibilidad carga de una enorme responsabilidad a la dirigencia de los partidos que componen el Frente Chaco Merece Más. La oferta electoral, mucho mas allá de la casi seguridad de un triunfo amplio, debe ser impecable porque es imperioso elevar el nivel de la legislatura, y sabido es que si bien el rozismo tiene un enorme capital antiético, no ejerce el monopolio. En la mayoría de las fuerzas reptan oportunistas, conspiradores, traficantes y falsarios que no pocas veces logran posicionarse al servicio de intereses propios y de grupos cuyo único fin es beneficiarse con porciones de poder. Y son los que operan con mayor ímpetu. Para evitar que impostores protagonicen traiciones a la voluntad popular y garantizar el éxito de la gestión del gobierno, será misión de la máxima dirigencia y también de la militancia debatir el perfil de los candidatos antes que los nombres. El compromiso con el proyecto político; demostrada lealtad al mismo; probada honestidad e incorruptibilidad; capacidad e idoneidad, manifiesta vocación de servicio y contracción al trabajo, son algunos de los elementales atributos que deben reunir quienes se propongan para profundizar el cambio en marcha e insuflarle a esta devaluada legislatura una bocanada de ética y moral.
domingo, 22 de marzo de 2009
POLITICA: ES HORA QUE SEA UNA BUENA PALABRA
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"NO ME PREOCUPA EL GRITO DE LOS VIOLENTOS, DE LOS CORRUPTOS, DE LOS DESHONESTOS, DE LOS SIN ÉTICA. LO QUE MÁS ME PREOCUPA ES EL SILENCIO DE LOS BUENOS" Martin Luther King
"LLEGARÁ EL MOMENTO EN QUE NOS ENSARTAREMOS EL SOMBRERO HASTA LAS OREJAS FRENTA A LAS IGELSIAS, Y NOS DESCUBRIREMOS RESPETUOSAMENTE ANTE LOS BANCOS" (Comentario de don Aledo Luis Meloni sobre el veto de Angel Rozas a la Ley de descanso dominical)
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